(Buenos Aires)
Hasta el 16 de febrero se puede ver en
Malba la primera exposición retrospectiva del artista brasileño Ernesto Neto (1964, Río de Janeiro) en nuestro país, uno de los
nombres más destacados de la escultura contemporánea. Organizada por la Pinacoteca de San PabloLa muestra incluye fotografías,
obras sobre papel y esculturas –
compuestas por materiales como medias de poliamida, esferas de corcho blanco y
especias- en grandes instalaciones inmersivas, que proponen al espectador un
espacio de convivencia, pausa y toma de conciencia. Su práctica escultórica nace
de la tensión de materiales textiles y técnicas como el croché. Estas grandes estructuras lúdicas admiten
acciones y riturales que revelan las preocupaciones actuales del artista: la
afirmación del cuerpo como elemento indisociable de la mente y la espiritualidad.
Curada por Jochen Volz y
Valéria Piccoli (director y curadora jefe de la Pinacoteca de San Pablo, donde
la exposición se presentó de marzo a julio, 2019), la muestra reúne sesenta
piezas producidas desde finales de los años ochenta hasta la actualidad. Obras
sobre papel, fotografías y grandes instalaciones inmersivas, que ponen en
diálogo el espacio expositivo y el cuerpo del visitante, activando todos sus
sentidos.
“Desde el comienzo de su trayectoria, Ernesto Neto viene explorando y expandiendo radicalmente los principios de la escultura. Gravedad y equilibrio, solidez y opacidad, textura, color y luz, simbolismo y abstracción son las bases de su práctica artística, un continuo ejercicio sobre el cuerpo colectivo e individual, sobre el equilibrio y la construcción en comunidad”, observa el curador Jochen Volz.
“Desde el comienzo de su trayectoria, Ernesto Neto viene explorando y expandiendo radicalmente los principios de la escultura. Gravedad y equilibrio, solidez y opacidad, textura, color y luz, simbolismo y abstracción son las bases de su práctica artística, un continuo ejercicio sobre el cuerpo colectivo e individual, sobre el equilibrio y la construcción en comunidad”, observa el curador Jochen Volz.
En la exposición, la trayectoria del artista es presentada a partir de dos aspectos: por un lado, las obras que invocan los sentidos del observador y desafían su cuerpo a que participe e incluso se sumerja en la escultura; por el otro, las obras que solicitan una activación por parte del espectador y apuntan a una noción de cuerpo colectivo, al estimular, de forma lúdica, el contacto y la convivencia. La dimensión ritual que la práctica del artista viene adquiriendo en los últimos años evidencia el modo en que sus esculturas han creado y explorado dimensiones sociales cada vez más complejas.
En un momento marcado por el descompás entre el ser humano y la naturaleza, Ernesto Neto propone que el arte sea un puente para la reconexión humana con esferas más sutiles. “El artista es una especie de chamán. Él trata con lo subjetivo, lo inexplicable, aquello que sucede entre el cielo y la tierra, con lo invisible. Desde ese lugar, consigue transportar cosas”, concluye Neto.
Visitas guiadas: jueves,
viernes, sábados y domingos a las 17.
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