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viernes, 5 de noviembre de 2021

Quiero ser luz y quedarme, muestra antológica de Santiago García Sáenz en el Museo Colección Amalita

 

tapa del libro catálogo de la muestra Quiero ser luz y quedarme, 
obra: Santiago García Sáenz, Esperanza II, óleo sobre tela, Colección 
Adela Rodríguez Larreta- Greta Ure

Cristo en los enfermos, Serie Cristo en los enfermos,2000
Colección Brun Cattaneo




Cristo en los enfermos, Serie Cristo en los enfermos 1995, Colección particular


Te estoy buscando América, Serie Te estoy buscando América,
óleo y esmalte sintético sobre madera , 1986







(Buenos Aires)

Hasta el 13 de noviembre se puede ver la muestra antológica de Santiago García Sáenz en el Museo Colección Amalita (Amalia Lacroze de Fortabat). La curaduría es de Pablo León de la Barra y Santiago Villanueva.







Asimismo se editó un libro con imágenes de la muestra y textos de Pablo León de la Barra, Santiago Villanueva, Nicolás Cuello, Cecilia Palmeiro, Alejo Ponce de León.


Autorretrato con el doctor, BV, 2000


En las pinturas aparece el tema de la enfermedad, la visión que el artista tenía de América, la religiosidad, el tratamiento iconográfico de ciertos temas bíblicos, la ciudad y la noche. Al respecto dice Santiago Villanueva:




Cristo en los enfermos, serie Cristo en los enfermos,
Colección particular
 

“…En esta exhibición/libro estamos pensando su obra en relación a varios ejes temáticos/generacionales que esperaban ser tratados con algo de urgencia: el VIH/Sida en relación a sus trabajos, cómo el tratamiento iconográfico de ciertos temas bíblicos puede tener lecturas más allá del relato que presentan, la noche y los espacios de nocturnidad entre el yire y las adicciones, entre la redención, el arrepentimiento y el pedido de auxilio. Es por eso que nos interesan tanto las intervenciones de García Sáenz en el Museo Hispanoamericano Fernández Blanco como su aparición en 2005 en una muestra colectiva en el espacio de visibilidad queer Casa Brandon, tanto su fotografía entregándole una obra al Papa Juan Pablo II como la presencia de sus pinturas en la exposición de 1998 en el Centro Cultural Rojas bajo la curaduría de Alfredo Londaibere. Volviendo a los aspectos generacionales, creo que la exhibición que realiza junto a Liliana Maresca en la Galería Centoira en 1990 es clave para pensar los vínculos con esa generación. En el catálogo de mano Maresca escribe “Pero quizás la gran obra de arte tiene menos importancia en sí misma que en la prueba que exige a un hombre y la ocasión que le proporciona vencer a sus fantasmas y acercarse un poco más a su realidad desnuda…”.


Horóscopo criollo, serie "Te estoy buscando América", Colección Diego García Sáenz




Dios con nosotros, 1998
Colección Sebastián y Silvina Kohan Miller

En el texto de Pablo León de la Barra, el curador se refiere a una recontextualización del artista tanto en la escena local como internacional:

“…Para mí es claro que existen una cantidad de relaciones, influencias y diálogos con la obra de artistas de la región que obligan a trazar nuevos linajes de la historia local desde los tratamientos de temas costumbristas en ciertas obras de la serie Te estoy buscando América en relación a las pinturas de las primeras décadas del siglo XX del uruguayo Pedro Figari (1861-1938). De la misma manera existe una continuidad pictórica entre las representaciones de ciudad como fondo paisajista – a veces un tanto futurista y distópico – en las pinturas de García Sáenz y los paisajes urbanos arquitectónicos de los argentinos Xul Solar (1887-1963) y Roberto Aizenberg (1928-1996); o inclusive un posible diálogo diametralmente opuesto en el entendimiento de la religión-arte en León Ferrari (1920-2013). De igual manera a nivel internacional creo que hace falta poner su obra en diálogo con otres artistas de su tiempo. Pienso entre muches, inmediatamente en el artista cubano-americano Félix González-Torres (1957-1996) y cómo a través de la obra de arte negocia la pérdida humana por causa del VIH/Sida. Igualmente pienso en Feliciano Centurión (1962-1996), otro artista solo revalorizado recientemente y que también murió por causas relacionadas al VIH/Sida. En el caso de Centurión es interesante pensar en una trayectoria inversa a la de García Sáenz: Centurión nació en Paraguay y encuentra la libertad artística y sexual en Buenos Aires, mientras García Sáenz encuentra la paz en la selva guaraní, los paisajes paraguayos y en el Monasterio Benedictino Tupäsy María. Entre otres muches, también pienso en un diálogo posible con la obra del brasileño Leonilson (1957-1993), sobre todo en la última etapa de este donde las telas con textos bordados funcionan como una especie de mantos mortuorios que anuncian la desaparición del cuerpo por la presencia del virus. La mayoría de estes artistas murieron por causa del VIH/Sida entre 1993-1996, años del clímax de la pandemia, siendo los primeros Cristos en los enfermos de García Sáenz de 1994. Gracias a la combinación de los medicamentos antivirales García Sáenz llegó a vivir 10 años más, lo que le permitió seguir pintando y organizar de alguna manera su legado. Aún así, es importante señalar que si bien la crisis del VIH/Sida al dar visibilidad urgente a las comunidades trans y homosexuales logró que se consiguieran avances importantes que culminaron años más tarde en los derechos de género y diversidad sexual, también por lo mismo hubo una generación perdida que, ante la inminente presencia de la muerte, dejó a través de su obra un mensaje político y sexual sobre el derecho a vivir en diferencia”.

Por otra parte, Santiago Villanueva en diálogo con Pablo León de la Barra, se refiere a los debates acerca de la generación de los años 90, sobre todo alrededor del Centro Cultural Rojas y la gestión de Jorge Gumier Maier:

“…Hay una coincidencia extraña que es que el interés académico por esa década va de la mano de un casi diría, fanatismo por estes artistas, algunes de les que vos mencionás y que exhibieron en la Colección Fortabat, otres como Liliana Maresca, que recientemente tuvo una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno. De esta coincidencia se desprende una actitud por polemizar que excede la historiografía del arte, y para la cual la retrospectiva de Santiago traerá nuevos aires, porque sin dudas es un artista activo en esos círculos, pero que actualmente no se encuentra en ese establecido canon del Rojas…”.

Santiago García Sáenz nació el 1° de abril de 1955 en Buenos Aires. Hijo de Eduardo Miguel García Fernández Bosch y Magdalena Sáenz Briones.

En 1977 realizó su primera muestra individual presentando una serie de pinturas abstractas bajo el título de Geometría poética en la Galería Lirolay. Alejado de la radicalidad de las propuestas de los años sesenta y ahogado el fervor del Di Tella, con el que supo compartir la misma Manzana loca, el espacio dirigido por Mario y Paulette Fano, ahora instalado en Paraguay 749, sigue prestando atención a la producción de las nuevas generaciones.

En 1984, su casa taller ubicada en la calle Junín, casi esquina Sarmiento, se transforma en el centro de operaciones de una vida paulatinamente desarticulada del mundo del trabajo. Desde aquella época Santiago García Sáenz comienza a usar un libro de firmas en el que documenta el círculo social que lo rodea. Además, su casa sirve de refugio transitorio para muchos de los amigos con los que comparte la vida nocturna con su escena under de esa época, en pleno desarrollo. No tanto Cemento, Café Einstein, Marabú, Zero, La esquina del Sol, el Parakultural, sino la escena alrededor de discotecas como New York City, donde Charly Grilli hacía las relaciones públicas, Area, Experiment, Too much, una pequeña discoteca gay muy exclusiva y las fiestas y reuniones en la casa de Ernesto Bunge y Cachorro Agote, Charly Grilli, Marcelo Vilela, Verónica Moskowitz, Guillermo Pedreaux, Pablo Fernández Mouján, Graciela Paatz, Santiago Bengolea, Cristian Trincado, entre muchos, forman parte de su grupo de amigos y conocidos. Realiza su segunda y última muestra en Ruth Benzacar, junto con Cintia Levis y Roberto Elía. En 1985 participa colaborando con la teatralización de Minujinda, un laberinto realizado por Marta Minujín en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, hoy Centro Cultural Recoleta. Ese mismo año el grupo teatral La Negra realiza la perfomance La procesión papal en la calle Florida.

En 1990 SGS y Maresca organizan una exhibición conjunta en la Galería Centoira del 18 de abril al 5 de mayo. SGS presenta un grupo de pinturas en las que se sobreimprimen escenas religiosas en miniatura con paisajes locales dentro de la serie Te estoy buscando América.

En 1991 el arquitecto Carlos Colombino, cocreador del Museo del Barro de Asunción Paraguay, a quien había conocido en la Galería Centoira, lo invita a exponer en la sala Josefina Plá, dedicada a muestras temporarias de arte tradicional y contemporáneo.

En 1994, en junio del año anterior se organiza en el Centro Cultural Rojas la mesa redonda sobre arte light, dentro de un ciclo coordinado por Marcia Schvartz, Felipe Pino y Duilio Pierri. Participan Liliana Maresca, Omar Schiliro, Juan José Cambre, Marcelo Pombo y su amigo José Garófalo. El trabajo de SGS parece sustraerse de las categorías que articulan la polémica. SGS sostendría durante una entrevista realizada por Gustavo Bruzzone en 1995 en el Rancho Urbano que se trata no tanto de arte light, sino de una cultura light, que “no quiere pensar, no quiere cuestionarse nada”. Luego del atentado en la sede de la AMIA el 18 de julio, que sucede a una cuadra de Rancho Urbano, comienza la serie Sufriendo la intolerancia. Recrudece la pandemia del VIH/Sida e impacta fuertemente en el ambiente del arte: fallecen Liliana Maresca y Omar Schiliro. SGS sabía de su propio diagnóstico desde 1986 pero es en 1994 cuando su familia conoce su estado de salud y comienza a ayudarlo con el tratamiento.

En 1995 SGS expone en el Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco un conjunto de pinturas muy recientes pintadas el verano anterior en Namuncurá que cuelga en “La Capilla”, espacio que había sido el estudio del arquitecto Martín Noel. Finaliza el año con una exposición en el Museo de Bellas Artes de Salta.

En 1996 entrega en mano al Papa Juan Pablo II la obra Nuestro Señor de la Paciencia. En el cuadro Jesucristo se encuentra en una postura fuera de toda iconografía: sentado, con el rostro ladeado sobre su mano derecha, esperando. Al fondo, la cordillera de los Andes.

En 1997 gana el Primer Premio de Pintura Joven Fundación Fortabat con El sueño de Jacob, una versión vernácula del relato bíblico.

En 2005 presenta el libro Ángel de la guarda, 50 años de dulce compañía, un relato autobiográfico acompañado de buena parte de su obra pictórica donde profundiza en “la memoria, el recuerdo, la historia, las fantasías, los deseos; elementos fundamentales de mi trabajo como pintor hoy y siempre…” (García Sáenz, 2005).

En 2006 el 9 de marzo inaugura una exposición individual en la Galería Bacano en el barrio de Palermo. El 30 de marzo, luego de un largo tratamiento, sufre un ataque al corazón y muere un día antes de cumplir 51 años.

 











sábado, 24 de noviembre de 2018

Explorando la Colección Fortabat



J.M. William Turner
Antonio Berni 

(Buenos Aires)

La Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat abrió sus puertas al público el 22 de octubre de 2008. Se inauguraba así un edificio construido para albergar obras de arte,  en uno de los barrios más nuevos de la ciudad, Puerto Madero, con una de las colecciones  más prestigiosas del país. Hay que reconocer que no todos los coleccionistas están dispuestos a abrir su colección al público o dejar un legado al que el público tenga acceso. Este no es el caso, ya que la muestra inaugural  exhibía más de 250 obras de Amalia Lacroze de Fortabat, su fundadora y una  de las más reconocidas  mecenas del arte. Desde ese comienzo, la Colección sumó a sus actividades distintos programas públicos, y a partir de 2012, exhibiciones temporarias.

Pieter Brueghel II

Hoy, diez años después y festejando su aniversario, se renueva con una serie de propuestas y
actividades que ratifican los preceptos originales de la inauguración: la difusión y desarrollo del
arte nacional.
Un nuevo guión de la Colección Permanente, la inauguración de una sala especial, una muestra
temporaria que festeja a los artistas argentinos vinculados a la Colección, la convocatoria a un
Premio de pintura y la publicación de una colección de libros, son algunas de las actividades programadas.

Colección Permanente

Nuevo guión
Obras nunca vistas y la visión personal del curador invitado Marcelo E. Pacheco ampliann el
gran acervo de la Colección.

Xul Solar
Carlos Ripamonte

Ramón Gómez Cornett
Nicolás García Uriburu 

Juan León Palliere
Cesáreo Bernaldo de Quirós 
Ernesto Deira

Los subsuelos se independizan ordenando la exhibición, el primero, y como bienvenida, para las
obras de los artistas extranjeros. Las obras más importantes y atípicas para nuestro país. Y el
Segundo subsuelo para toda la colección de arte argentino.
Algunas de las obras que se suman a la exhibición son Ramona espera, 1964 de Antonio Berni,
David fragmentándose (Desde Grecia hasta el Renacimiento y hasta hoy con amor) de Marta
Minujin en el exterior, entre otras.
El nuevo guión se completa con una publicación con textos del curador y la reproducción de las
obras mostradas que deja testimonio de la exhibición.
Primer subsuelo: arte internacional
Andy Warhol, J. M. William Turner, Pieter Brueghel II, Jan Brueghel I, círculo de Maarten
van Heemskerck, Gustav Klimt, Augiste Rodin, Salvador Dalí, Marc Chagall, Tsuguharu
Foujita y Roberto Matta Echaurren.
Sector especial destacando las esculturas y relieves egipcios, y los objetos griegos.
Segundo Subsuelo: arte argentino
Siglo XIX: Carlos Morel, Prilidiano Pueyrredón, Johan Moritz Rugendas, León Palliere,
Antonio Gazzano, Juan Manuel Blanes y Ángel della Valle
Siglo XX. 1900-1920: Cesáreo Bernal de Quirós, Carlos Pablo Ripamonte, Pío Collivadino,
Martín Malharro, Walter de Navazio, Ramón Silva, Valentín Thibón de Libian, Fray
Guillermo Butler, Fernando fader, Alfredo Guttero, Fausto Eliseo Coppini, Antonio Alice,
Benito Quinquela Martín, José Américo Malanca, Ismael Eduardo Astarloa, Antonio
Pedone, Italo Botti, Alfredo Guido y Ángel Vena.
Años 20: Fortunato Lacámera, Lino Enea Spilimbergo, Pedro Figari, Xul Solar y Emilio
Pettoruti
Años 30: Héctor Basaldúa, Aquiles Badi, Horacio Butler, Raquel Forner y Juan del Prete.
Años 40: Emilio Centurión, Miguel Carlos Victorica, Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino y
Raúl Lozza
Años 50: Raúl Russo, Juan Batlle Planas, Leopoldo Presas y Raúl Soldi.
Años 60: Ernesto Deira, Rómulo Macció, Carlos Alonso, Jorge del la Vega, Kenneth Kemble,
Nicolás García Uriburu, Rogelio Polesello y Gyula Kosice.
1970-1990: Roberto Aizenberg, Marcelo Bonevardi, Eduardo Mac Entyre, Luis Fernando
Benedit, Liliana Porter, Luis Felipe Noé, Margarita Paksa, Carlos Gorriarena, Marta Minujin,
Clorindo Testa y Alfredo Prior
La muestra puede  visitarse desde el 26 de octubre de martes a domingos de 12.00 a 20.00
1er y 2do Subsuelo
180 obras exhibidas
Curador: Marcelo E. Pacheco
Diseño museográfico: Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Coordinación general: Patrícia Caramés
Inauguración: 26 de octubre Catálogo Exhibición 10° Aniversario
Textos: Marcelo E. Pacheco
Diseño tapa: Cato Brand Partners


Relato curatorial

Por Marcelo E. Pacheco

El arte argentino del siglo XX estuvo marcado por luchas y enfrentamientos entre dos sectores que
buscaban ocupar la posición de dominio en el campo artístico con su correlato en el campo de
poder. Se trataba básicamente de las batallas que se daban entre los artistas tradicionales y los
renovadores. Este tipo de dualidad no fue un fenómeno propio de lo local sino un comportamiento
de la escena artística visible desde los inicios de la modernidad en París, alrededor del 1800, entre
el Romanticismo y los artistas de la Academia.
Para los años 1920 en el arte argentino estas tensiones básicamente bipolares cambiaron en su
sistema de luchas. La modernidad se ampliaba en sus propuestas, las presiones cambiaron su
dinámica. Los conservadores ya tenían un terreno propio, firme en sus fronteras y claro en sus
estrategias materiales y simbólicas, y en su red de complicidades. Mandantes en el gusto
mesocrático tenían su peso específico en amplios sectores de la crítica, colecciones, instituciones y
mercado, y en sus materialidades y visualidades convenientemente actualizadas por un simple
maquillaje. Mientras tanto, en el ámbito de los renovadores, la variedad de lenguajes se
multiplicaba, así como sus polos de acción y de enfrentamientos.
En los inicios Ripamonte versus Malharro, luego Quirós versus Pettoruti, más tarde figuración
versus abstracción versus no figuración, arte puro versus arte social, informalismo versus
neofiguración, y así sucesivamente. La ida a la lucha nunca cesa porque el campo artístico es
múltiple en sus signos y en sus instrumentos para la acumulación, generación y distribución de
capital simbólico y capital material. Estas tensiones son parte constitutiva del relato curatorial
planteado, son la base narrativa de las salas de la “Colección”.
A esta tensión madre entre tradicionales y renovadores se suman otro tipo de contradicciones que
enfrentan a las obras, que a veces son motivos de choques adicionales y otras atracciones para
crear sectores de sentidos reconocibles en sus armados: juegos de anclaje y de alternancia de
temas y asuntos iconográficos; acercamientos o retracciones por rechazos estilísticos; reunión de
trabajos con contaminaciones similares; construcción de micro secuencias narrativas mediante
oraciones visuales eslabonadas; distribución de acuerdo a la focalización construida.
A este múltiple juego de posibilidades e intenciones que constituyen la gramática del presente
campo de escritura, se le agregan dos más para entender la narrativa dispuesta en el espacio físico.
Por un lado, la elección de una cronología focalizada como eje general de lectura y comprensión y
por otro, las convivencias aún contradictorias entre los muchos signos dispuestos atravesados por
su sucederse o por su temporidad. No se trata de una puesta cronológica a la manera de los
historicismos de la modernidad ni tampoco trabajar eligiendo palabras sustantivas, a veces
conceptos o cualidades que organizan núcleos expositivos sin tener en cuenta las historicidad
propia de las presuntas categorías elegidas. El marco de lectura es una cronología focalizada, un
instrumento frecuente en los análisis narratológicos, las obras son consideradas en sí mismas,
incluyendo su temporidad, y, al mismo tiempo son dispuestas de determinada manera, hay un
cómo exponer las piezas que es parte constitutiva del discurso narrativo creado por la práctica
curatorial. El valor de la doble exposición en juego en toda muestra que señala Mieke Bal: una obra
de arte se ve cómo se ve, al mismo tiempo, que se ve cómo se dispone, la pieza es cómo es y es
cómo se despliega.
Una de las características reiteradas dentro del patrimonio institucional de la “Colección” es el
desfasaje de fechas de las obras que resultan tardías con respecto al momento de la intervención
más activa de su autor en la coyuntura artística, política y social. Una colección permanente puede
optar por diferentes relatos curatoriales pero la cronología focalizada tiene la virtud de plantear
los interrogantes, los compromisos, las intencionalidades del proceso del arte en sus
significaciones históricas, no en historicismos ni mandatos del deber ser histórico de lo moderno,
sino en su temporidad, la obra atravesada en su existencia por su acontecer y por sus haces
relacionales de significados. Las obras son signos y como tales juegan en lazos de asociaciones y se
mantienen siempre su historicidad que es tiempo elástico. Esta opción por la focalización permite
el movimiento de las obras dentro de sus puntos de relevancia como parte de un haz temporal
abierto y no de sujeción anclada, desaparece la cronología como línea recta en su ir ocurriendo
mecánicamente y arrastrando las ideas de evolución y progreso.
Así, por ejemplo, para desplegar las acciones visuales del período iniciático de lo moderno se
pueden llevar a este contexto los dos arlequines de Pettoruti de 1950 para entrelazarlos con Xul,
Figari y Gómez Cornet. Obviamente el artista ha mantenido sus principales cualidades formales y
artísticas de los años 20 lo que admite su traslado sin falsear los juegos de los lenguajes en sus
varias dimensiones. Pettoruti en 1950 seguía trabajando con su propuesta de una concepción
abstracta de lo visual montada sobre la ilusión de una percepción cercana al cubismo sintético. El
mismo tipo de desplazamiento temporal, gracias a la conservación de las señales básicas de los
idiomas vistos en sus anteriores intervenciones, estimulan a otros pintores a ocupar su mejor
localización como, por ejemplo, Aquiles Badi, Juan del Prete, Raquel Forner, Horacio Butler, Carlos
Ripamonte, Luis Cordiviola, entre otros.
La práctica curatorial como campo de escritura y la exposición como discurso narrativo permiten
poner en acto una serie de recursos propios de múltiples disciplinas. Las obras como materia prima
traen al debate sus dimensiones formales, significativas y visuales, y se convierten en oraciones de
secuencias desplegadas en el espacio arquitectónico de las salas.

Alberto Greco
Pablo Suárez
Jorge de la Vega


Sala Alejandro Bengolea

La Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat le rinde homenaje a Alejandro Bengolea
destinando una sala para su Colección. Treinta obras que repasan el arte argentino de las décadas
de los 60 y 90 con la curaduría de Marcelo E. Pacheco.
Obras seleccionadas por su importancia y valor para representar estas épocas. Incluye grandes
piezas de artistas como Alberto Greco, Oscar Bony, Luis Fernando Benedit, Marcia Schvartz,
Mónica Girón, Jorge Gumier Maier, entre otros.
La Sala Alejandro Bengolea es un nuevo espacio que inaugura la Colección con una
selección de treinta obras de arte argentino de la segunda colección reunida por el nieto de
Amalia Lacroze de Fortabat.
Bengolea fue un protagonista clave de los años 90, dedicado a armar un conjunto
de arte contemporáneo que, años después, por motivos inesperados se dispersó. Desde
entonces sus contactos con el mundo del arte fueron esporádicos y dispersos. En los
últimos seis meses de 2014 sorprendió con su retorno decidido y acelerado a exploraciones
de autores y obras de primer nivel entre los años 60 y los 90.
Sin urgencia pero con un ritmo sostenido, de semana en semana, las adquisiciones
fueron creciendo. Lo fundamental para Alejandro Bengolea era encontrar aquellos trabajos
que, sin ninguna imposición externa, le ofrecieran la promesa de conversaciones íntimas
durante sus días.
La selección actual representa, en un relato curatorial simple y directo, los múltiples
y dinámicos campos que él recorrió, abarcando, entre otros, desde el informalismo y la
neofiguración hasta el arte conceptual, la transvanguardia y las variadas estéticas de las
camadas de los años 90 de El Rojas en adelante.
Marcelo E. Pacheco



María Juana Heras Velasco

Premios Fortabat

Premios Fortabat. 1984-1999
Exposición temporaria
Los Premios Fortabat fueron claves en la configuración del circuito del arte argentino entre la
recuperación de la democracia y la consolidación del mercado del arte a finales de la década de
1990. Sus casi dos décadas de existencia fueron testigos de un tiempo en el cual la expresión y la
creatividad se reestablecían como valores insoslayables para una sociedad en recomposición
cultural, política e institucional. En este marco, y por iniciativa de Amalia Lacroze de Fortabat, se
originó este galardón con el objetivo de incentivar la producción artística contemporánea y
reconocer a sus máximos exponentes.
En el contexto de un ambiente en construcción, sin tendencias ni rumbos definidos, los Premios
Fortabat no intentaron disimular el eclecticismo. Una rápida mirada a las obras premiadas lo pone
de manifiesto. Fueron certámenes interesados en la contemporaneidad, pero que evitaron la
propensión errónea a identificar lo contemporáneo con la juventud. De ahí sus frecuentes
oscilaciones, que los llevaron a reconocer, alternadamente, a los grandes maestros y a los artistas
emergentes.
Las investigaciones historiográficas recientes nos brindan un escuálido panorama sobre la
producción artística argentina de los años ochentas y noventas. Esta exposición, en cambio,
evidencia su diversidad, la pluralidad de sus investigaciones plásticas y el legado de algunos
autores injustamente olvidados. Esta variedad es el resultado de un juicio epocal sin mandatos ni
prejuicios. La puesta en valor de los Premios Fortabat nos invita a revisar el pasado, con el fin de
enriquecer y repensar el presente.
Rodrigo Alonso

Premio Fortabat
10mo Aniversario
Por el décimo aniversario se convocará un concurso de pintura que recuerda los grandes premios
realizados por la Fundación Fortabat en la década del 80 y 90. Reconocidos artistas premiados,
excelentes jurados y lugares de exhibición prestigiosos, convirtieron ese concurso en uno de los
grandes hitos del arte de esa época. Hoy la Colección homenajea ese Premio con la inauguración
de una muestra temporaria de los premios históricos de los años pasados y con la convocatoria a
una nueva edición para el 2019.
Promover y difundir a los artistas nacionales,  reconocidos y emergentes, es el objetivo de esta
actividad y la mision fundamental de la institución.
Pintura
Dos categorías:
• Artistas mayores de 35 años
• Jóvenes, artistas de 18 a 34 años
El Jurado de selección y premiación estará compuesto por dos artistas,
dos curadores y un miembro del Consejo de la Fundación Fortabat
Las bases y formulario de inscripción estarán disponibles a partir de diciembre.
La presentación de trabajos e inscripción será hasta el 30 de marzo de manera online.
Junio de 2019 comunicación a los seleccionados.
Julio de 2019, exhibición en el Primer Piso de la Colección. Premiación.
En el año del décimo aniversario de la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, el
proyecto EXPLORANDO LA COLECCIÓN surge con el objetivo de difundir y profundizar el
conocimiento sobre las obras de su acervo. El ciclo comprende tres instancias en el año, en las
cuales se investiga y exhibe una obra de la colección en diálogo con una producción de un artista
contemporáneo. Forman parte del proyecto conciertos musicales y actividades para niños.

Mildred Burton
Mildred Burton

En esta edición se seleccionaron dos trípticos de Mildred Burton y, con la curaduría de
Gabriela Francone, la artista Luciana Rondolini realizó obras a partir de éstas para la exhibición.
"...Mildred Burton, de ascendencia alemana e irlandesa, nació un 28 de diciembre de 1942 en
Paraná, Entre Ríos. Comenzó su formación en la Escuela Provincial de Bellas Artes y luego continuó
sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, institución donde más
adelante se desempeñará como docente. Desde 1969 expuso en innumerables muestras individuales
y grupales tanto a nivel nacional como internacional. En 1979 integró, junto con Elsa Soibelman,
Diana Dowek, Alberto Heredia, Norberto Gómez y Jorge Alonso, el grupo Post-figuración, inclinados conjuntamente al realismo desde una impronta personal.
En 1998 el Museo Nacional de Bellas Artes le dedicó una muestra antológica con obras de 1968 a esa
fecha. El clima de extrañamiento que prima en sus obras y los encuentros de elementos dispares reunidos de manera arbitraria inscriben a la artista en una búsqueda que puede ligarse al universo surrealista (conocida su admiración por Ernst y Magritte, como así también por Aída Carballo y Roberto Aizenberg,) aunque se distancia de lo onírico -"yo parto de la realidad", dirá en algunas entrevistas - para crear sus micromundos anclados en lo literario, con una impronta siniestra comparte con otras artistas como Leonora Carrington o Remedios Varo. El humor negro, ácido, atraviesa gran parte de su producción...".




Explorando la Colección
#03 Mildred Burton
Investigación: Laura Lina
Curaduría artista invitada: Gabriela Francone
Artista invitada: Luciana Rondolini
Producción ciclo de música ExploraFuerte!: Fernando García
Coordinación: Jimena Guitart
Producción: Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Del 25 de octubre de 2018 al 24 de febrero de 2019
Inauguración: 15 de noviembre 19 h
Concierto Juan Sorrentino: 15 de noviembre
Entrada gratuita
Segundo piso

Obras:

Antonio Berni
Ramona espera, 1964
Técnica mixta, 300 x 200 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Gustavo Sosa Pinilla

Pieter Brueghel II
El Censo de Belén, S. F.
Óleo sobre tela, 117,5 x 167,5 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

J. M. William Turner
Juliet and her nurse (Julieta y su aya), 1836
Óleo sobre tela, 88 x 121 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Carlos Ripamonte
Viejo pintor, 1980
Acrílico sobre tela, 150 x 150 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Ramón Gómez Cornet
Acción de Arte, 1921
Óleo sobre madera, 64 x 54 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Alberto Greco
Sin título, 1960
Técnica mixta sobre tela, 120 x 200 cm
Colección Alejandro Bengolea
Foto: Pablo Messil

Pablo Suárez
Previsible destino del PrettyBoy González, 1997
Resina epoxi e inclusiones, 260 x 80 x 60 cm
Colección Alejandro Bengolea
Foto: Pablo Messil

Ernesto Deira
Canta, oh diosa, la cólera del Pélida Aquileo, 1984
Acrílico sobre tela, 155 x 196 cm
Colección Familia Deira
Foto: Lucy Deira

María Juana Heras Velasco
Tótem, 1984
Hierro pintado, 200 x 48 x 50 cm
Colección Museo Castagnino+MACRO
Foto: Gentileza Museo Castagnino+MACRO
Oscar Páez
Sin título, 1995
Técnica mixta, 250 x 180 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth


Mildred Burton
Tríptico The Baby, 1994/96
El Tiempo Náufrago de Grand Faher Boat / La Partida de Daddy-Dactilo Gilt / Millie has Five Little Lambs…
Técnica mixta sobre papel, 22 x 22 cm, 28 x 25 cm y 39 x 39 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth








Juan León Palliere
En la Iglesia, S. F.
Óleo sobre tabla, 27 x 46 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Gustavo Sosa Pinilla

Cesáreo Bernaldo de Quirós
Paños, flores y frutos, 1914
Óleo sobre tela, 162 x 172 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Ramón Gómez Cornet
Acción de Arte, 1921
Óleo sobre madera, 64 x 54 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Nicolás García Uriburu
Delfines
Acrílico sobre tela, 150 x 150 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Jorge de la Vega
Recuerdo de colegio, 1963
Óleo, tela encolada, fichas de juego de plástico, y elementos varios sobre tela, 190 x 130 cm
Colección Alejandro Bengolea
Foto: Pablo Messil

www.coleccionfortabat.org.ar


miércoles, 29 de agosto de 2012

Relanzamiento de la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat- muestra de Raúl Soldi


Joseph Mallord William Turner

Juliet and her Nurse (Julieta y su aya), 1836

Raúl Soldi

Primavera, 1961


Raúl Soldi

Joven leyendo, s. f.


Antonio Berni

Domingo en la chacra o El almuerzo, 1945-1971



Emilio Centurión

El sillón rojo, 1945


Andy Warhol

Retrato de la señora Amalia Lacroze de Fortabat, 1980


Joseph Mallord William Turner

Juliet and her Nurse (Julieta y su aya), 1836







Museo Colección Amalia Lacroze de Fortabat





(Buenos Aires)



Con una conferencia de prensa y posterior visita guiada se relanzó hoy la Colección Amalia Lacroze de Fortabat ubicada en el museo del mismo nombre que funciona en el barrio porteño de Puerto Madero. También se presentó la muestra temporaria del artista argentino Raúl Soldi que abre una nueva etapa en el funcionamiento del
museo.
Amalia Lacroze de Fortabat, coleccionista y mecenas, murió este año en el mes de febrero. La actitud de mecenazgo hacia el arte nacional ejercida por la fundadora del museo, en vida, se continúa hoy en una serie de muestras que repasan la historia del arte argentino.
Estuvieron presentes además los dos hijos de Raúl Soldi, el marchand y coleccionista Ignacio Gutiérrez Zaldívar, el curador invitado Ángel Navarro.
José María Ugarte, administrador general de la Colección Fortabat explicó que el criterio de la coleccionista Amalia Lacroze de Fortabat fue exponer en el museo, las mejores obras de la pintura argentina que ella tenía en su casa.
La filosofía, explicó Ugarte es que esta colección fue, es y será siempre una colección privada y que hay diferencias entre una colección privada y un museo público. La familia de la señora de Fortabat, explicó, va a
continuar con el criterio de la coleccionista. Respecto a los cambios realizados en la presentación de la  colección, el curador invitado Ángel Navarro intervino para la reformulación de la muestra permanente. Es una colección cerrada, dijo. Hay una serie de piezas con las cuales tenía que jugar. Cuando se inauguró el museo en el año 2008, la colección presentaba 240 piezas. Hoy se redifinió de una nueva manera en un nuevo guión concebido por el curador y consultor invitado Ángel Navarro y el curador Germán Barraza. Esta relectura considera agrupaciones por tendencias y temas ordenados en un recorrido cronológico que intenta ser más accesible a los visitantes. Es una nueva y primera lectura, de otras posibles, que aporta una nueva mirada al extenso acervo de la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat.
El Grupo de París, la Nueva Figuración, el arte contemporáneo, en su doble dimensión local e internacional, dominarán la exhibición reformulada por los curadores, de acuerdo con lo dispuesto por el Consejo de la Fundación Fortabat.
Preservando la impronta original definida por la Sra. Amalia Lacroze de Fortabat, las obras más significativas de la Colección mantendrán su ubicación en las salas del primer y segundo subsuelo Las obras presentadas en forma amplia y despojadas de paneles, permitirán un goce adicional de la perspectiva propuesta por la singular arquitectura del edificio que alberga la Colección. En tanto, otras pinturas rotarán de lugar, particularmente las creadas sobre papel para evitar riesgos de conservación.
Como importante novedad en la nueva presentación cabe destacar cinco esculturas de artistas argentinos que actualmente gozan de reconocimiento internacional. Son Sirene, de Alicia Penalba; El Dragón, de Pablo Curatella Manes; Hombre y Mujer, ambas de Libero Badii, Espacialidad del círculo, de Ennio Iommi, y Júbilo, de Gyula Kosice. Ellas se integran así a la sección internacional de la Colección Fortabat que incluye artistas importantes como el surrealista Salvador Dalí y uno de los más importantes representantes del Pop Art, Andy Warhol. Esta sección se ve coronada por obras de Pieter II y Jan I Brueghel, un artista del círculo de Maarten van Heemskerk y Joseph Mallord William Turner.
Los escultores argentinos mencionados se integran también al conjunto de obras de relevantes artistas locales presentes en el conjunto, como Lino Spilimbergo, Antonio Berni, Antonio Seguí, Carlos Morel, Juan Manuel Blanes, Juan Carlos Castagnino y Ernesto Deira. La primera de la muestras temporarias, dedicada a Raúl Soldi, artista autor de varias obras que forman parte del patrimonio creado por la señora Amalia Lacroze de Fortabat.
El curador Ángel Navarro explicó que además de obras de arte argentino la colección Fortabat tiene obras de Turner y Brueghel, dos artistas difíciles de encontrar en museos de América Latina. Con respecto al arte argentino se mantiene un hilo cronológico y se retiraron algunas piezas como los papeles con el fin de preservarlos.

En cuanto a la muestra temporaria de Raúl Soldi, figuran obras de la Fundación Raúl Soldi, de la colección Fortabat y de Ignacio Gutiérrez Zaldívar.



Exposición “Raúl Soldi”



En su primera muestra temporaria, la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat presenta: “Raúl Soldi”, un conjunto de 70 obras que proceden principalmente del acervo de la Colección Fortabat y de la Fundación Soldi de Glew. La exhibición fue inaugurada este 29 de agosto en el primer y segundo piso del edificio ubicado en Puerto Madero.
Además de la obras de Soldi, una novedad de esta exposición la constituye la reproducción de su atelier, con objetos y elementos queridos por el artista. Raúl Soldi pintó además de cuadros la cúpula del Teatro Colón y la capilla Santa Ana de Glew, en la Provincia de Buenos Aires. Los hijos de Soldi explicaron durante la visita guiada que nunca Soldi cobró un peso cuando trabajó en una obra pública.
La elección de Soldi por el Museo Colección Fortabat responde a la especial relación de amistad y afecto que el artista mantuvo con la señora Amalia Lacroze de Fortabat.
Raúl Soldi solía decir que “el arte debe producir emoción y que la emoción es perdurable a través del tiempo; se aloja en la memoria, sin sobresaltos y para siempre” Y es por ello que prefería la emoción al asombro ya que, agregaba, “éste tiene una vida efímera”.
Según Soldi, dos palabras definen la pintura: el cómo y el qué. “Lo que importa es cómo se pinta y no qué se pinta. Cuando un cuadro trasciende, no necesita ser explicado. Por trivial que sea el tema, se torna importante. Lo hace importante la pintura misma”.
Su punto de vista sobre las artes plásticas dejaba tema para la discusión. “En las artes plásticas asistimos a una especie de carrera de novedades. Pareciera que las vanguardias se devorasen unas a otras, y que uno deseara superar al otro con una originalidad rebuscada... Y es que equivocadamente, el arte quiere imitar a la técnica y a la ciencia. La ciencia progresa, el arte evoluciona”.

Soldi vivía el acto creativo como un proceso de ensimismamiento: “Es tan grande la amargura cuando nada se logra, y tan grande la alegría cuando se hace un pequeño hallazgo, que uno se olvida de cómo lo hizo”, afirmaba.

La selección de pinturas prevista para esta exposición abarca distintos períodos de la vida artística de Soldi, destacándose, especialmente, el conjunto de las relacionadas con la música, las figuras femeninas y un extraordinario grupo dedicado a vistas de ciudad y al paisaje de Glew, sede de la Fundación Soldi.



Visitas y horarios





La exposición permanecerá abierta hasta el 14 de noviembre próximo. Puede visitarse de martes a domingos entre las 12 y las 20 hs. Las visitas guiadas serán a las 17hs. La oferta de servicios al visitante comprenden el catálogo, un folleto desplegable, audioguías con contenidos exclusivos, conferencias y el merchandising.

La entrada general es de $ 35; docentes, jubilados y estudiantes pagan $20.

www.coleccionfortabat.org.ar




miércoles, 5 de enero de 2011

Opción para el verano: Museo Colección Amalia Lacroze de Fortabat

Museo Colección Amalia Lacroze de Fortabat



(Buenos Aires) Araceli Otamendi


Visitar el Museo Colección Amalia Lacroze de Fortabat puede ser una opción para los que pasan enero en Buenos Aires. Ubicado en el barrio porteño de Puerto Madero, frente al yacht Club Puerto Madero, el museo se erige como una propuesta cultural singular. Al lado del Museo, está el bar-restaurant La Colección  donde se puede tomar algo disfrutando de la espléndida vista al río y a los yates amarrados ahí. 



Amalia Lacroze de Fortabat












 El edificio fue diseñado especialmente por el Estudio Rafael Viñoly Architects PC con sede en la ciudad de Nueva York.




Frente al Yacht Club Puerto Madero, el museo alberga la colección de arte de Amalia Lacroze de Fortabat, quien fue una de los dos argentinos reconocidos en la edición de Architectural Digest dedicada a 100 años de diseño (abril de 1999) junto con el arquitecto César Pelli. La señora de Fortabat fue en esa edición destacada como coleccionista de arte y se publicó su fotografía en su living de estilo francés. Entre los grandes coleccionistas, Architectural Digest destacó a Amalia Lacroze de Fortabat y al Baron Thyssen-Bornemiza.









El museo de la colección Fortabat se organiza en cuatro niveles: el recorrido empieza en el primer subsuelo con la Sala Familiar donde se pueden ver retratos de la coleccionista, de Alfredo Fortabat, y cuadros que corresponden al Paisaje, la ciudad y la tradición, Siglos XIX y XX.




El segundo subsuelo corresponde a Arte Internacional, El Espíritu de la modernidad, Figuraciones I, Figuraciones II y Antonio Berni.




En el primer piso, se pueden ver pinturas correspondientes a Abstracciones y nuevas formas de la figuración.




Y en el segundo piso Raúl Soldi y objetos de la colección.









Vale la pena hacer el recorrido y encontrarse con deslumbrantes pinturas de arte argentino y latinoamericano: Fernando Fader, Lino Enea Spilimbergo, Pedro Figari, Raquel Forner, Fortunato Lacámera, Juan Carlos Morel, Emilio Petorutti, Xul Solar, Miguel Victorica, Antonio Seguí, Benito Quinquela Martín, Carlos Gorriarena, Guillermo Roux, Juan Carlos Castagnino, Carlos Alonso, Roberto Aizemberg, Líbero Badii, Juan Batle Planas, Luis Fernando Benedit, Vicente Forte, Juan Lascano, Adolfo Nigro, Leopoldo Presas, Raúl Russo, Clorindo Testa.




Y en arte internacional importantes obras de: Pieter Brueghel II, Jan Brueghel I, Marc Chagall, Salvador Dalí, Gustav Klimt, Roberto Matta Echauren, Auguste Rodin, Andy Warhol - un retrato de Amalia Fortabat -, Manolo Valdés, Joaquim Miró i Argenter, Félix Ziem, Sir Lawrence Alma-Tadema, Hermenegildo Anglada Camarasa, entre otros.




También se incluye una pintura del escritor Ernesto Sabato, quien en sus últimos años se dedicó a pintar y realizó varias exposiciones internacionales y pinturas de Amalia Amoedo.




La entrada cuesta $ 15.




Tarifa para menores de 12 años, jubilados, estudiantes y docentes: $8.




Dirección: Olga Cossettini 141




Puerto Madero




Buenos Aires




horario:




martes a viernes de 12 a 21




sábados y domingos de 10 a 21




lunes cerrado




Hay visitas guiadas en español de martes a domingo a las 15 y a las 17




y en español y en inglés, en grupo se reserva con anticipación: +54 (11) 4310-6600




visitas@coleccionfortabat.org.ar




www.coleccionfortabat.org.ar




(c) Araceli Otamendi- Archivos del Sur









bibliografía: 


nota de Alberto G. Bellucci en revista Cultura Segunda época: Una excepcional edición deArquitectural Digest recorre el siglo a través de sus décadas publicada en  julio de 1999 (Buenos Aires)