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sábado, 24 de noviembre de 2018

Explorando la Colección Fortabat



J.M. William Turner
Antonio Berni 

(Buenos Aires)

La Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat abrió sus puertas al público el 22 de octubre de 2008. Se inauguraba así un edificio construido para albergar obras de arte,  en uno de los barrios más nuevos de la ciudad, Puerto Madero, con una de las colecciones  más prestigiosas del país. Hay que reconocer que no todos los coleccionistas están dispuestos a abrir su colección al público o dejar un legado al que el público tenga acceso. Este no es el caso, ya que la muestra inaugural  exhibía más de 250 obras de Amalia Lacroze de Fortabat, su fundadora y una  de las más reconocidas  mecenas del arte. Desde ese comienzo, la Colección sumó a sus actividades distintos programas públicos, y a partir de 2012, exhibiciones temporarias.

Pieter Brueghel II

Hoy, diez años después y festejando su aniversario, se renueva con una serie de propuestas y
actividades que ratifican los preceptos originales de la inauguración: la difusión y desarrollo del
arte nacional.
Un nuevo guión de la Colección Permanente, la inauguración de una sala especial, una muestra
temporaria que festeja a los artistas argentinos vinculados a la Colección, la convocatoria a un
Premio de pintura y la publicación de una colección de libros, son algunas de las actividades programadas.

Colección Permanente

Nuevo guión
Obras nunca vistas y la visión personal del curador invitado Marcelo E. Pacheco ampliann el
gran acervo de la Colección.

Xul Solar
Carlos Ripamonte

Ramón Gómez Cornett
Nicolás García Uriburu 

Juan León Palliere
Cesáreo Bernaldo de Quirós 
Ernesto Deira

Los subsuelos se independizan ordenando la exhibición, el primero, y como bienvenida, para las
obras de los artistas extranjeros. Las obras más importantes y atípicas para nuestro país. Y el
Segundo subsuelo para toda la colección de arte argentino.
Algunas de las obras que se suman a la exhibición son Ramona espera, 1964 de Antonio Berni,
David fragmentándose (Desde Grecia hasta el Renacimiento y hasta hoy con amor) de Marta
Minujin en el exterior, entre otras.
El nuevo guión se completa con una publicación con textos del curador y la reproducción de las
obras mostradas que deja testimonio de la exhibición.
Primer subsuelo: arte internacional
Andy Warhol, J. M. William Turner, Pieter Brueghel II, Jan Brueghel I, círculo de Maarten
van Heemskerck, Gustav Klimt, Augiste Rodin, Salvador Dalí, Marc Chagall, Tsuguharu
Foujita y Roberto Matta Echaurren.
Sector especial destacando las esculturas y relieves egipcios, y los objetos griegos.
Segundo Subsuelo: arte argentino
Siglo XIX: Carlos Morel, Prilidiano Pueyrredón, Johan Moritz Rugendas, León Palliere,
Antonio Gazzano, Juan Manuel Blanes y Ángel della Valle
Siglo XX. 1900-1920: Cesáreo Bernal de Quirós, Carlos Pablo Ripamonte, Pío Collivadino,
Martín Malharro, Walter de Navazio, Ramón Silva, Valentín Thibón de Libian, Fray
Guillermo Butler, Fernando fader, Alfredo Guttero, Fausto Eliseo Coppini, Antonio Alice,
Benito Quinquela Martín, José Américo Malanca, Ismael Eduardo Astarloa, Antonio
Pedone, Italo Botti, Alfredo Guido y Ángel Vena.
Años 20: Fortunato Lacámera, Lino Enea Spilimbergo, Pedro Figari, Xul Solar y Emilio
Pettoruti
Años 30: Héctor Basaldúa, Aquiles Badi, Horacio Butler, Raquel Forner y Juan del Prete.
Años 40: Emilio Centurión, Miguel Carlos Victorica, Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino y
Raúl Lozza
Años 50: Raúl Russo, Juan Batlle Planas, Leopoldo Presas y Raúl Soldi.
Años 60: Ernesto Deira, Rómulo Macció, Carlos Alonso, Jorge del la Vega, Kenneth Kemble,
Nicolás García Uriburu, Rogelio Polesello y Gyula Kosice.
1970-1990: Roberto Aizenberg, Marcelo Bonevardi, Eduardo Mac Entyre, Luis Fernando
Benedit, Liliana Porter, Luis Felipe Noé, Margarita Paksa, Carlos Gorriarena, Marta Minujin,
Clorindo Testa y Alfredo Prior
La muestra puede  visitarse desde el 26 de octubre de martes a domingos de 12.00 a 20.00
1er y 2do Subsuelo
180 obras exhibidas
Curador: Marcelo E. Pacheco
Diseño museográfico: Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Coordinación general: Patrícia Caramés
Inauguración: 26 de octubre Catálogo Exhibición 10° Aniversario
Textos: Marcelo E. Pacheco
Diseño tapa: Cato Brand Partners


Relato curatorial

Por Marcelo E. Pacheco

El arte argentino del siglo XX estuvo marcado por luchas y enfrentamientos entre dos sectores que
buscaban ocupar la posición de dominio en el campo artístico con su correlato en el campo de
poder. Se trataba básicamente de las batallas que se daban entre los artistas tradicionales y los
renovadores. Este tipo de dualidad no fue un fenómeno propio de lo local sino un comportamiento
de la escena artística visible desde los inicios de la modernidad en París, alrededor del 1800, entre
el Romanticismo y los artistas de la Academia.
Para los años 1920 en el arte argentino estas tensiones básicamente bipolares cambiaron en su
sistema de luchas. La modernidad se ampliaba en sus propuestas, las presiones cambiaron su
dinámica. Los conservadores ya tenían un terreno propio, firme en sus fronteras y claro en sus
estrategias materiales y simbólicas, y en su red de complicidades. Mandantes en el gusto
mesocrático tenían su peso específico en amplios sectores de la crítica, colecciones, instituciones y
mercado, y en sus materialidades y visualidades convenientemente actualizadas por un simple
maquillaje. Mientras tanto, en el ámbito de los renovadores, la variedad de lenguajes se
multiplicaba, así como sus polos de acción y de enfrentamientos.
En los inicios Ripamonte versus Malharro, luego Quirós versus Pettoruti, más tarde figuración
versus abstracción versus no figuración, arte puro versus arte social, informalismo versus
neofiguración, y así sucesivamente. La ida a la lucha nunca cesa porque el campo artístico es
múltiple en sus signos y en sus instrumentos para la acumulación, generación y distribución de
capital simbólico y capital material. Estas tensiones son parte constitutiva del relato curatorial
planteado, son la base narrativa de las salas de la “Colección”.
A esta tensión madre entre tradicionales y renovadores se suman otro tipo de contradicciones que
enfrentan a las obras, que a veces son motivos de choques adicionales y otras atracciones para
crear sectores de sentidos reconocibles en sus armados: juegos de anclaje y de alternancia de
temas y asuntos iconográficos; acercamientos o retracciones por rechazos estilísticos; reunión de
trabajos con contaminaciones similares; construcción de micro secuencias narrativas mediante
oraciones visuales eslabonadas; distribución de acuerdo a la focalización construida.
A este múltiple juego de posibilidades e intenciones que constituyen la gramática del presente
campo de escritura, se le agregan dos más para entender la narrativa dispuesta en el espacio físico.
Por un lado, la elección de una cronología focalizada como eje general de lectura y comprensión y
por otro, las convivencias aún contradictorias entre los muchos signos dispuestos atravesados por
su sucederse o por su temporidad. No se trata de una puesta cronológica a la manera de los
historicismos de la modernidad ni tampoco trabajar eligiendo palabras sustantivas, a veces
conceptos o cualidades que organizan núcleos expositivos sin tener en cuenta las historicidad
propia de las presuntas categorías elegidas. El marco de lectura es una cronología focalizada, un
instrumento frecuente en los análisis narratológicos, las obras son consideradas en sí mismas,
incluyendo su temporidad, y, al mismo tiempo son dispuestas de determinada manera, hay un
cómo exponer las piezas que es parte constitutiva del discurso narrativo creado por la práctica
curatorial. El valor de la doble exposición en juego en toda muestra que señala Mieke Bal: una obra
de arte se ve cómo se ve, al mismo tiempo, que se ve cómo se dispone, la pieza es cómo es y es
cómo se despliega.
Una de las características reiteradas dentro del patrimonio institucional de la “Colección” es el
desfasaje de fechas de las obras que resultan tardías con respecto al momento de la intervención
más activa de su autor en la coyuntura artística, política y social. Una colección permanente puede
optar por diferentes relatos curatoriales pero la cronología focalizada tiene la virtud de plantear
los interrogantes, los compromisos, las intencionalidades del proceso del arte en sus
significaciones históricas, no en historicismos ni mandatos del deber ser histórico de lo moderno,
sino en su temporidad, la obra atravesada en su existencia por su acontecer y por sus haces
relacionales de significados. Las obras son signos y como tales juegan en lazos de asociaciones y se
mantienen siempre su historicidad que es tiempo elástico. Esta opción por la focalización permite
el movimiento de las obras dentro de sus puntos de relevancia como parte de un haz temporal
abierto y no de sujeción anclada, desaparece la cronología como línea recta en su ir ocurriendo
mecánicamente y arrastrando las ideas de evolución y progreso.
Así, por ejemplo, para desplegar las acciones visuales del período iniciático de lo moderno se
pueden llevar a este contexto los dos arlequines de Pettoruti de 1950 para entrelazarlos con Xul,
Figari y Gómez Cornet. Obviamente el artista ha mantenido sus principales cualidades formales y
artísticas de los años 20 lo que admite su traslado sin falsear los juegos de los lenguajes en sus
varias dimensiones. Pettoruti en 1950 seguía trabajando con su propuesta de una concepción
abstracta de lo visual montada sobre la ilusión de una percepción cercana al cubismo sintético. El
mismo tipo de desplazamiento temporal, gracias a la conservación de las señales básicas de los
idiomas vistos en sus anteriores intervenciones, estimulan a otros pintores a ocupar su mejor
localización como, por ejemplo, Aquiles Badi, Juan del Prete, Raquel Forner, Horacio Butler, Carlos
Ripamonte, Luis Cordiviola, entre otros.
La práctica curatorial como campo de escritura y la exposición como discurso narrativo permiten
poner en acto una serie de recursos propios de múltiples disciplinas. Las obras como materia prima
traen al debate sus dimensiones formales, significativas y visuales, y se convierten en oraciones de
secuencias desplegadas en el espacio arquitectónico de las salas.

Alberto Greco
Pablo Suárez
Jorge de la Vega


Sala Alejandro Bengolea

La Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat le rinde homenaje a Alejandro Bengolea
destinando una sala para su Colección. Treinta obras que repasan el arte argentino de las décadas
de los 60 y 90 con la curaduría de Marcelo E. Pacheco.
Obras seleccionadas por su importancia y valor para representar estas épocas. Incluye grandes
piezas de artistas como Alberto Greco, Oscar Bony, Luis Fernando Benedit, Marcia Schvartz,
Mónica Girón, Jorge Gumier Maier, entre otros.
La Sala Alejandro Bengolea es un nuevo espacio que inaugura la Colección con una
selección de treinta obras de arte argentino de la segunda colección reunida por el nieto de
Amalia Lacroze de Fortabat.
Bengolea fue un protagonista clave de los años 90, dedicado a armar un conjunto
de arte contemporáneo que, años después, por motivos inesperados se dispersó. Desde
entonces sus contactos con el mundo del arte fueron esporádicos y dispersos. En los
últimos seis meses de 2014 sorprendió con su retorno decidido y acelerado a exploraciones
de autores y obras de primer nivel entre los años 60 y los 90.
Sin urgencia pero con un ritmo sostenido, de semana en semana, las adquisiciones
fueron creciendo. Lo fundamental para Alejandro Bengolea era encontrar aquellos trabajos
que, sin ninguna imposición externa, le ofrecieran la promesa de conversaciones íntimas
durante sus días.
La selección actual representa, en un relato curatorial simple y directo, los múltiples
y dinámicos campos que él recorrió, abarcando, entre otros, desde el informalismo y la
neofiguración hasta el arte conceptual, la transvanguardia y las variadas estéticas de las
camadas de los años 90 de El Rojas en adelante.
Marcelo E. Pacheco



María Juana Heras Velasco

Premios Fortabat

Premios Fortabat. 1984-1999
Exposición temporaria
Los Premios Fortabat fueron claves en la configuración del circuito del arte argentino entre la
recuperación de la democracia y la consolidación del mercado del arte a finales de la década de
1990. Sus casi dos décadas de existencia fueron testigos de un tiempo en el cual la expresión y la
creatividad se reestablecían como valores insoslayables para una sociedad en recomposición
cultural, política e institucional. En este marco, y por iniciativa de Amalia Lacroze de Fortabat, se
originó este galardón con el objetivo de incentivar la producción artística contemporánea y
reconocer a sus máximos exponentes.
En el contexto de un ambiente en construcción, sin tendencias ni rumbos definidos, los Premios
Fortabat no intentaron disimular el eclecticismo. Una rápida mirada a las obras premiadas lo pone
de manifiesto. Fueron certámenes interesados en la contemporaneidad, pero que evitaron la
propensión errónea a identificar lo contemporáneo con la juventud. De ahí sus frecuentes
oscilaciones, que los llevaron a reconocer, alternadamente, a los grandes maestros y a los artistas
emergentes.
Las investigaciones historiográficas recientes nos brindan un escuálido panorama sobre la
producción artística argentina de los años ochentas y noventas. Esta exposición, en cambio,
evidencia su diversidad, la pluralidad de sus investigaciones plásticas y el legado de algunos
autores injustamente olvidados. Esta variedad es el resultado de un juicio epocal sin mandatos ni
prejuicios. La puesta en valor de los Premios Fortabat nos invita a revisar el pasado, con el fin de
enriquecer y repensar el presente.
Rodrigo Alonso

Premio Fortabat
10mo Aniversario
Por el décimo aniversario se convocará un concurso de pintura que recuerda los grandes premios
realizados por la Fundación Fortabat en la década del 80 y 90. Reconocidos artistas premiados,
excelentes jurados y lugares de exhibición prestigiosos, convirtieron ese concurso en uno de los
grandes hitos del arte de esa época. Hoy la Colección homenajea ese Premio con la inauguración
de una muestra temporaria de los premios históricos de los años pasados y con la convocatoria a
una nueva edición para el 2019.
Promover y difundir a los artistas nacionales,  reconocidos y emergentes, es el objetivo de esta
actividad y la mision fundamental de la institución.
Pintura
Dos categorías:
• Artistas mayores de 35 años
• Jóvenes, artistas de 18 a 34 años
El Jurado de selección y premiación estará compuesto por dos artistas,
dos curadores y un miembro del Consejo de la Fundación Fortabat
Las bases y formulario de inscripción estarán disponibles a partir de diciembre.
La presentación de trabajos e inscripción será hasta el 30 de marzo de manera online.
Junio de 2019 comunicación a los seleccionados.
Julio de 2019, exhibición en el Primer Piso de la Colección. Premiación.
En el año del décimo aniversario de la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, el
proyecto EXPLORANDO LA COLECCIÓN surge con el objetivo de difundir y profundizar el
conocimiento sobre las obras de su acervo. El ciclo comprende tres instancias en el año, en las
cuales se investiga y exhibe una obra de la colección en diálogo con una producción de un artista
contemporáneo. Forman parte del proyecto conciertos musicales y actividades para niños.

Mildred Burton
Mildred Burton

En esta edición se seleccionaron dos trípticos de Mildred Burton y, con la curaduría de
Gabriela Francone, la artista Luciana Rondolini realizó obras a partir de éstas para la exhibición.
"...Mildred Burton, de ascendencia alemana e irlandesa, nació un 28 de diciembre de 1942 en
Paraná, Entre Ríos. Comenzó su formación en la Escuela Provincial de Bellas Artes y luego continuó
sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, institución donde más
adelante se desempeñará como docente. Desde 1969 expuso en innumerables muestras individuales
y grupales tanto a nivel nacional como internacional. En 1979 integró, junto con Elsa Soibelman,
Diana Dowek, Alberto Heredia, Norberto Gómez y Jorge Alonso, el grupo Post-figuración, inclinados conjuntamente al realismo desde una impronta personal.
En 1998 el Museo Nacional de Bellas Artes le dedicó una muestra antológica con obras de 1968 a esa
fecha. El clima de extrañamiento que prima en sus obras y los encuentros de elementos dispares reunidos de manera arbitraria inscriben a la artista en una búsqueda que puede ligarse al universo surrealista (conocida su admiración por Ernst y Magritte, como así también por Aída Carballo y Roberto Aizenberg,) aunque se distancia de lo onírico -"yo parto de la realidad", dirá en algunas entrevistas - para crear sus micromundos anclados en lo literario, con una impronta siniestra comparte con otras artistas como Leonora Carrington o Remedios Varo. El humor negro, ácido, atraviesa gran parte de su producción...".




Explorando la Colección
#03 Mildred Burton
Investigación: Laura Lina
Curaduría artista invitada: Gabriela Francone
Artista invitada: Luciana Rondolini
Producción ciclo de música ExploraFuerte!: Fernando García
Coordinación: Jimena Guitart
Producción: Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Del 25 de octubre de 2018 al 24 de febrero de 2019
Inauguración: 15 de noviembre 19 h
Concierto Juan Sorrentino: 15 de noviembre
Entrada gratuita
Segundo piso

Obras:

Antonio Berni
Ramona espera, 1964
Técnica mixta, 300 x 200 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Gustavo Sosa Pinilla

Pieter Brueghel II
El Censo de Belén, S. F.
Óleo sobre tela, 117,5 x 167,5 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

J. M. William Turner
Juliet and her nurse (Julieta y su aya), 1836
Óleo sobre tela, 88 x 121 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Carlos Ripamonte
Viejo pintor, 1980
Acrílico sobre tela, 150 x 150 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Ramón Gómez Cornet
Acción de Arte, 1921
Óleo sobre madera, 64 x 54 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Alberto Greco
Sin título, 1960
Técnica mixta sobre tela, 120 x 200 cm
Colección Alejandro Bengolea
Foto: Pablo Messil

Pablo Suárez
Previsible destino del PrettyBoy González, 1997
Resina epoxi e inclusiones, 260 x 80 x 60 cm
Colección Alejandro Bengolea
Foto: Pablo Messil

Ernesto Deira
Canta, oh diosa, la cólera del Pélida Aquileo, 1984
Acrílico sobre tela, 155 x 196 cm
Colección Familia Deira
Foto: Lucy Deira

María Juana Heras Velasco
Tótem, 1984
Hierro pintado, 200 x 48 x 50 cm
Colección Museo Castagnino+MACRO
Foto: Gentileza Museo Castagnino+MACRO
Oscar Páez
Sin título, 1995
Técnica mixta, 250 x 180 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth


Mildred Burton
Tríptico The Baby, 1994/96
El Tiempo Náufrago de Grand Faher Boat / La Partida de Daddy-Dactilo Gilt / Millie has Five Little Lambs…
Técnica mixta sobre papel, 22 x 22 cm, 28 x 25 cm y 39 x 39 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth








Juan León Palliere
En la Iglesia, S. F.
Óleo sobre tabla, 27 x 46 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Gustavo Sosa Pinilla

Cesáreo Bernaldo de Quirós
Paños, flores y frutos, 1914
Óleo sobre tela, 162 x 172 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Ramón Gómez Cornet
Acción de Arte, 1921
Óleo sobre madera, 64 x 54 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Nicolás García Uriburu
Delfines
Acrílico sobre tela, 150 x 150 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Jorge de la Vega
Recuerdo de colegio, 1963
Óleo, tela encolada, fichas de juego de plástico, y elementos varios sobre tela, 190 x 130 cm
Colección Alejandro Bengolea
Foto: Pablo Messil

www.coleccionfortabat.org.ar


lunes, 5 de diciembre de 2011

Almandrade: muestra retrospectiva en San Pablo





(San Pablo)

Una muestra de Almandrade en San Pablo documenta 40 años de la obra de este artista bahiano.
Entre el 3 de diciembre el  y 26 de febrero de 2012 estará en exhibición en el Salón Cultural Caixa SP "Almandrade - esculturas, objetos, pinturas, dibujos, instalación y poemas visuales". Esta exposición muestra  cerca de 40 años de la obra del artista Almandrade. La entrada es gratuita.

Texto en portugués

"Esta exposição é um recorte do seu trabalho elaborado em mais de três décadas de utilização do objeto de arte para estimular o pensamento e provocar a reflexão, segundo critério fundamentados na racionalidade, na materialidade e, não por acaso, na economia de dados, sem deixar que conceitos sobreponham ao fazer artístico. Almandrade compromete-se com a pesquisa de linguagens artísticas que envolve artes plásticas, poesia e conceitos. No percurso do artista, destaca-se a passagem pelo concretismo e a arte conceitual, nos anos 70, o que contribuiu fortemente com a incessante busca de uma linguagem singular, limpa, de vocabulário gráfico sintético. De certa forma, um trabalho que sempre se diferenciou da arte produzida na Bahia.

O trabalho de Almandrade, tanto pictórico quanto linguístico, vem se impondo, ao longo de todos esses anos, como um lugar de reflexão, solitário e à margem do cenário cultural baiano. Depois dos primeiros ensaios figurativos, no início da década de 70, conquistando uma Menção Honrosa no I Salão Estudantil, em 1972, sua pesquisa plástica se encaminha para o abstracionismo geométrico e para a arte conceitual. Como poeta, mantém contato com a poesia concreta e o poema/processo, produzindo uma série de poemas visuais. Com um estudo mais rigoroso do construtivismo e da Arte Conceitual, sua arte se desenvolve entre a geometria e o conceito. Desenhos em preto-e-branco, objetos e projetos de instalações, essencialmente cerebrais, calcados num procedimento primoroso de tratar questões práticas e conceituais marcam a produção deste artista na segunda metade da década de 70.
Redescobre a cor no começo dos anos 80 e os trabalhos, quer sejam pinturas ou objetos e esculturas, ganham uma dimensão lúdica, sem perder a coerência e a capacidade de divertir com inteligência.
Um escultor que trabalha com a cor e com o espaço e um pintor que medita sobre a forma, o traço e a cor no plano da tela. A arte de Almandrade dialoga com certas referências da modernidade, reinventando novas leituras.



ALMANDRADE

(Antônio Luiz M. Andrade)

Artista plástico, arquiteto, mestre em desenho urbano e poeta. Participou de várias mostras coletivas, entre elas: XII, XIII e XVI Bienal de São Paulo; "Em Busca da Essência" - mostra especial da XIX Bienal de São Paulo; IV Salão Nacional; Universo do Futebol (MAM/Rio); Feira Nacional (S.Paulo); II Salão Paulista, I Exposição Internacional de Escultura Efêmeras (Fortaleza); I Salão Baiano; II Salão Nacional; Menção honrosa no I Salão Estudantil em 1972. Integrou coletivas de poemas visuais, multimeios e projetos de instalações no Brasil e exterior. Um dos criadores do Grupo de Estudos de Linguagem da Bahia que editou a revista "Semiótica" em 1974. Realizou cerca de vinte exposições individuais em Salvador, Recife, Rio de Janeiro, Brasília e São Paulo entre 1975 e 1997; escreveu em vários jornais e revistas especializados sobre arte, arquitetura e urbanismo. Prêmios nos concursos de projetos para obras de artes plásticas do Museu de Arte Moderna da Bahia, 1981/82. Prêmio Fundarte no XXXIX Salão de Artes Plásticas de Pernambuco em 1986. Editou os livretos de poesias e/ou trabalhos visuais: "O Sacrifício do Sentido", "Obscuridades do Riso", "Poemas", "Suor Noturno" e Arquitetura de Algodão". Prêmio Copene de cultura e arte, 1997. Tem trabalhos em vários acervos particulares e públicos, como: Museu de Arte Moderna da Bahia e Pinacoteca Municipal de São Paulo.

AS ESCULTURAS DE ALMANDRADE


Cada uma das peças compõem-se de duas placas encaixadas que foram colocadas diretamente sobre o chão. As placas são recortadas e vazadas e não se empregam pregos, colas ou emendas.
Para se traçar um paralelo dentro da arte contemporânea dessas peças com objetos de outros artistas, seria interessante dizer que as esculturas de Almandrade mantém uma certa identidade com as de Franz Weissman e Amílcar de Castro. O construtivismo, a economia material e a escolha de cores simples são conceitos presentes na obra dos três artistas. No entanto, há elementos de distinção. Franz Weissman e Amílcar de Castro usam solda ou dobra na confecção de seus objetos.
Almandrade usa como procedimento de montagem o encaixe direto, onde os planos de madeira laminada se interpenetram e se apoiam mutuamente.
O fato de não haver dobra nas peças de Almandrade é um índice importante para a análise de sua obra. Almandrade intencionalmente mantém uma distância do barroquismo, do expressionismo e de outras tendências do tipo sensual muito recorrentes na arte baiana e brasileira.
O barroco tem muitas seduções. A dobra que vai ao infinito é um artifício barroco que ultrapassa sua própria moda e seus limites históricos (ver Deleuze em A Dobra, Leibnitz e o Barroco). Com a dobra, a escultura ganha uma vibração especial, estendendo-se à arquitetura e alcança espaços cada vez mais amplos. Trata-se de uma ilusão de ótica que realmente abre um campo de significados.
As peças de Almandrade não possuem a dobra, evitando o seu ilusionismo. A dobra na escultura permite a mudança de plano sem rupturas de continuidade. O olhar que acompanha um plano ao passar pela dobra aceita a mudança de direção e é convidado a avançar sucessivamente até deslizar em uma outra dobra. A dobra provoca um despistamento que, se por um lado seduz, por outro distrai o expectador. Pode-se dizer, além disso que a ambivalência da dobra percorre uma espiral que vai do desejo à melancolia. Ao suprimir a dobra Almandrade parece estar procurando evitar a dispersão intelectual e o efeito de superfície.
Curiosamente, nos retábulos barrocos brasileiros, no entanto, as peças de madeira que sustentavam as dobras e curvas das superfícies ornamentadas, eram montadas com encaixes. Esses encaixes tinham que ser perfeitos em sua geometria. O barroco recorreu em suas bases construtivas a técnica do ensamblamento. Ensamblar significava, no dicionário de arquitetura e ornamentação, reunir, juntar, encaixar peças de diversos materiais. Um glossário do barroco mineiro traz uma referência documental, datada de 1771, referente à construção de uma igreja em Sabará, de um “ensamblamento” de pedras, com ferro e chumbo.
As peças reunidas nos retábulos de madeira das igrejas barrocas deviam ser ensambladas, quer dizer, encaixadas uma nas outras, sem a necessidade de recorrer-se a pregos ou colagens.
Nesse sentido as peças de Almandrade contém um ar clássico que, pode-se afirmar, continua atravessando até hoje, energicamente, o mundo material das artes plásticas. Esse trabalho parece estar respAs peças reunidas nos retábulos de madeira das igrejas barrocas deviam ser ensambladas, quer dizer, encaixadas uma nas outras, sem a necessidade de recorrer-se a pregos ou colagens.
Nesse sentido as peças de Almandrade contém um ar clássico que, pode-se afirmar, continua atravessando até hoje, energicamente, o mundo material das artes plásticas. Esse trabalho parece estar respondendo a pergunta fundamental, o que assegura a expansão expressiva infinita (da arte, da imaginação, das dobras) em relação ao portador finito (a madeira, o ferro, a ondendo a pergunta fundamental, o que assegura a expansão expressiva infinita (da arte, da imaginação, das dobras) em relação ao portador finito (a madeira, o ferro, a pedra)? Qual é estrutura construtiva, quais são os encaixes e as articulações que permitem a realização de uma obra?





Francisco Antônio Zorzo



Bibliografia

Ávila, Affonso et. Al. Barroco Mineiro Glossário de Arquitetura e Ornamentação
 
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Ubicación: CAJA Cultural São Paulo (SE) - Plaza de la Catedral, 111 - Centro - São Paulo / SP


Información, programación de visitas y la transferencia mediada (bus) para las escuelas públicas: (11) 3321 hasta 4,400

Acceso para personas con necesidades especiales

Entrada: libre