sábado, 24 de noviembre de 2018

Explorando la Colección Fortabat



J.M. William Turner
Antonio Berni 

(Buenos Aires)

La Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat abrió sus puertas al público el 22 de octubre de 2008. Se inauguraba así un edificio construido para albergar obras de arte,  en uno de los barrios más nuevos de la ciudad, Puerto Madero, con una de las colecciones  más prestigiosas del país. Hay que reconocer que no todos los coleccionistas están dispuestos a abrir su colección al público o dejar un legado al que el público tenga acceso. Este no es el caso, ya que la muestra inaugural  exhibía más de 250 obras de Amalia Lacroze de Fortabat, su fundadora y una  de las más reconocidas  mecenas del arte. Desde ese comienzo, la Colección sumó a sus actividades distintos programas públicos, y a partir de 2012, exhibiciones temporarias.

Pieter Brueghel II

Hoy, diez años después y festejando su aniversario, se renueva con una serie de propuestas y
actividades que ratifican los preceptos originales de la inauguración: la difusión y desarrollo del
arte nacional.
Un nuevo guión de la Colección Permanente, la inauguración de una sala especial, una muestra
temporaria que festeja a los artistas argentinos vinculados a la Colección, la convocatoria a un
Premio de pintura y la publicación de una colección de libros, son algunas de las actividades programadas.

Colección Permanente

Nuevo guión
Obras nunca vistas y la visión personal del curador invitado Marcelo E. Pacheco ampliann el
gran acervo de la Colección.

Xul Solar
Carlos Ripamonte

Ramón Gómez Cornett
Nicolás García Uriburu 

Juan León Palliere
Cesáreo Bernaldo de Quirós 
Ernesto Deira

Los subsuelos se independizan ordenando la exhibición, el primero, y como bienvenida, para las
obras de los artistas extranjeros. Las obras más importantes y atípicas para nuestro país. Y el
Segundo subsuelo para toda la colección de arte argentino.
Algunas de las obras que se suman a la exhibición son Ramona espera, 1964 de Antonio Berni,
David fragmentándose (Desde Grecia hasta el Renacimiento y hasta hoy con amor) de Marta
Minujin en el exterior, entre otras.
El nuevo guión se completa con una publicación con textos del curador y la reproducción de las
obras mostradas que deja testimonio de la exhibición.
Primer subsuelo: arte internacional
Andy Warhol, J. M. William Turner, Pieter Brueghel II, Jan Brueghel I, círculo de Maarten
van Heemskerck, Gustav Klimt, Augiste Rodin, Salvador Dalí, Marc Chagall, Tsuguharu
Foujita y Roberto Matta Echaurren.
Sector especial destacando las esculturas y relieves egipcios, y los objetos griegos.
Segundo Subsuelo: arte argentino
Siglo XIX: Carlos Morel, Prilidiano Pueyrredón, Johan Moritz Rugendas, León Palliere,
Antonio Gazzano, Juan Manuel Blanes y Ángel della Valle
Siglo XX. 1900-1920: Cesáreo Bernal de Quirós, Carlos Pablo Ripamonte, Pío Collivadino,
Martín Malharro, Walter de Navazio, Ramón Silva, Valentín Thibón de Libian, Fray
Guillermo Butler, Fernando fader, Alfredo Guttero, Fausto Eliseo Coppini, Antonio Alice,
Benito Quinquela Martín, José Américo Malanca, Ismael Eduardo Astarloa, Antonio
Pedone, Italo Botti, Alfredo Guido y Ángel Vena.
Años 20: Fortunato Lacámera, Lino Enea Spilimbergo, Pedro Figari, Xul Solar y Emilio
Pettoruti
Años 30: Héctor Basaldúa, Aquiles Badi, Horacio Butler, Raquel Forner y Juan del Prete.
Años 40: Emilio Centurión, Miguel Carlos Victorica, Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino y
Raúl Lozza
Años 50: Raúl Russo, Juan Batlle Planas, Leopoldo Presas y Raúl Soldi.
Años 60: Ernesto Deira, Rómulo Macció, Carlos Alonso, Jorge del la Vega, Kenneth Kemble,
Nicolás García Uriburu, Rogelio Polesello y Gyula Kosice.
1970-1990: Roberto Aizenberg, Marcelo Bonevardi, Eduardo Mac Entyre, Luis Fernando
Benedit, Liliana Porter, Luis Felipe Noé, Margarita Paksa, Carlos Gorriarena, Marta Minujin,
Clorindo Testa y Alfredo Prior
La muestra puede  visitarse desde el 26 de octubre de martes a domingos de 12.00 a 20.00
1er y 2do Subsuelo
180 obras exhibidas
Curador: Marcelo E. Pacheco
Diseño museográfico: Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Coordinación general: Patrícia Caramés
Inauguración: 26 de octubre Catálogo Exhibición 10° Aniversario
Textos: Marcelo E. Pacheco
Diseño tapa: Cato Brand Partners


Relato curatorial

Por Marcelo E. Pacheco

El arte argentino del siglo XX estuvo marcado por luchas y enfrentamientos entre dos sectores que
buscaban ocupar la posición de dominio en el campo artístico con su correlato en el campo de
poder. Se trataba básicamente de las batallas que se daban entre los artistas tradicionales y los
renovadores. Este tipo de dualidad no fue un fenómeno propio de lo local sino un comportamiento
de la escena artística visible desde los inicios de la modernidad en París, alrededor del 1800, entre
el Romanticismo y los artistas de la Academia.
Para los años 1920 en el arte argentino estas tensiones básicamente bipolares cambiaron en su
sistema de luchas. La modernidad se ampliaba en sus propuestas, las presiones cambiaron su
dinámica. Los conservadores ya tenían un terreno propio, firme en sus fronteras y claro en sus
estrategias materiales y simbólicas, y en su red de complicidades. Mandantes en el gusto
mesocrático tenían su peso específico en amplios sectores de la crítica, colecciones, instituciones y
mercado, y en sus materialidades y visualidades convenientemente actualizadas por un simple
maquillaje. Mientras tanto, en el ámbito de los renovadores, la variedad de lenguajes se
multiplicaba, así como sus polos de acción y de enfrentamientos.
En los inicios Ripamonte versus Malharro, luego Quirós versus Pettoruti, más tarde figuración
versus abstracción versus no figuración, arte puro versus arte social, informalismo versus
neofiguración, y así sucesivamente. La ida a la lucha nunca cesa porque el campo artístico es
múltiple en sus signos y en sus instrumentos para la acumulación, generación y distribución de
capital simbólico y capital material. Estas tensiones son parte constitutiva del relato curatorial
planteado, son la base narrativa de las salas de la “Colección”.
A esta tensión madre entre tradicionales y renovadores se suman otro tipo de contradicciones que
enfrentan a las obras, que a veces son motivos de choques adicionales y otras atracciones para
crear sectores de sentidos reconocibles en sus armados: juegos de anclaje y de alternancia de
temas y asuntos iconográficos; acercamientos o retracciones por rechazos estilísticos; reunión de
trabajos con contaminaciones similares; construcción de micro secuencias narrativas mediante
oraciones visuales eslabonadas; distribución de acuerdo a la focalización construida.
A este múltiple juego de posibilidades e intenciones que constituyen la gramática del presente
campo de escritura, se le agregan dos más para entender la narrativa dispuesta en el espacio físico.
Por un lado, la elección de una cronología focalizada como eje general de lectura y comprensión y
por otro, las convivencias aún contradictorias entre los muchos signos dispuestos atravesados por
su sucederse o por su temporidad. No se trata de una puesta cronológica a la manera de los
historicismos de la modernidad ni tampoco trabajar eligiendo palabras sustantivas, a veces
conceptos o cualidades que organizan núcleos expositivos sin tener en cuenta las historicidad
propia de las presuntas categorías elegidas. El marco de lectura es una cronología focalizada, un
instrumento frecuente en los análisis narratológicos, las obras son consideradas en sí mismas,
incluyendo su temporidad, y, al mismo tiempo son dispuestas de determinada manera, hay un
cómo exponer las piezas que es parte constitutiva del discurso narrativo creado por la práctica
curatorial. El valor de la doble exposición en juego en toda muestra que señala Mieke Bal: una obra
de arte se ve cómo se ve, al mismo tiempo, que se ve cómo se dispone, la pieza es cómo es y es
cómo se despliega.
Una de las características reiteradas dentro del patrimonio institucional de la “Colección” es el
desfasaje de fechas de las obras que resultan tardías con respecto al momento de la intervención
más activa de su autor en la coyuntura artística, política y social. Una colección permanente puede
optar por diferentes relatos curatoriales pero la cronología focalizada tiene la virtud de plantear
los interrogantes, los compromisos, las intencionalidades del proceso del arte en sus
significaciones históricas, no en historicismos ni mandatos del deber ser histórico de lo moderno,
sino en su temporidad, la obra atravesada en su existencia por su acontecer y por sus haces
relacionales de significados. Las obras son signos y como tales juegan en lazos de asociaciones y se
mantienen siempre su historicidad que es tiempo elástico. Esta opción por la focalización permite
el movimiento de las obras dentro de sus puntos de relevancia como parte de un haz temporal
abierto y no de sujeción anclada, desaparece la cronología como línea recta en su ir ocurriendo
mecánicamente y arrastrando las ideas de evolución y progreso.
Así, por ejemplo, para desplegar las acciones visuales del período iniciático de lo moderno se
pueden llevar a este contexto los dos arlequines de Pettoruti de 1950 para entrelazarlos con Xul,
Figari y Gómez Cornet. Obviamente el artista ha mantenido sus principales cualidades formales y
artísticas de los años 20 lo que admite su traslado sin falsear los juegos de los lenguajes en sus
varias dimensiones. Pettoruti en 1950 seguía trabajando con su propuesta de una concepción
abstracta de lo visual montada sobre la ilusión de una percepción cercana al cubismo sintético. El
mismo tipo de desplazamiento temporal, gracias a la conservación de las señales básicas de los
idiomas vistos en sus anteriores intervenciones, estimulan a otros pintores a ocupar su mejor
localización como, por ejemplo, Aquiles Badi, Juan del Prete, Raquel Forner, Horacio Butler, Carlos
Ripamonte, Luis Cordiviola, entre otros.
La práctica curatorial como campo de escritura y la exposición como discurso narrativo permiten
poner en acto una serie de recursos propios de múltiples disciplinas. Las obras como materia prima
traen al debate sus dimensiones formales, significativas y visuales, y se convierten en oraciones de
secuencias desplegadas en el espacio arquitectónico de las salas.

Alberto Greco
Pablo Suárez
Jorge de la Vega


Sala Alejandro Bengolea

La Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat le rinde homenaje a Alejandro Bengolea
destinando una sala para su Colección. Treinta obras que repasan el arte argentino de las décadas
de los 60 y 90 con la curaduría de Marcelo E. Pacheco.
Obras seleccionadas por su importancia y valor para representar estas épocas. Incluye grandes
piezas de artistas como Alberto Greco, Oscar Bony, Luis Fernando Benedit, Marcia Schvartz,
Mónica Girón, Jorge Gumier Maier, entre otros.
La Sala Alejandro Bengolea es un nuevo espacio que inaugura la Colección con una
selección de treinta obras de arte argentino de la segunda colección reunida por el nieto de
Amalia Lacroze de Fortabat.
Bengolea fue un protagonista clave de los años 90, dedicado a armar un conjunto
de arte contemporáneo que, años después, por motivos inesperados se dispersó. Desde
entonces sus contactos con el mundo del arte fueron esporádicos y dispersos. En los
últimos seis meses de 2014 sorprendió con su retorno decidido y acelerado a exploraciones
de autores y obras de primer nivel entre los años 60 y los 90.
Sin urgencia pero con un ritmo sostenido, de semana en semana, las adquisiciones
fueron creciendo. Lo fundamental para Alejandro Bengolea era encontrar aquellos trabajos
que, sin ninguna imposición externa, le ofrecieran la promesa de conversaciones íntimas
durante sus días.
La selección actual representa, en un relato curatorial simple y directo, los múltiples
y dinámicos campos que él recorrió, abarcando, entre otros, desde el informalismo y la
neofiguración hasta el arte conceptual, la transvanguardia y las variadas estéticas de las
camadas de los años 90 de El Rojas en adelante.
Marcelo E. Pacheco



María Juana Heras Velasco

Premios Fortabat

Premios Fortabat. 1984-1999
Exposición temporaria
Los Premios Fortabat fueron claves en la configuración del circuito del arte argentino entre la
recuperación de la democracia y la consolidación del mercado del arte a finales de la década de
1990. Sus casi dos décadas de existencia fueron testigos de un tiempo en el cual la expresión y la
creatividad se reestablecían como valores insoslayables para una sociedad en recomposición
cultural, política e institucional. En este marco, y por iniciativa de Amalia Lacroze de Fortabat, se
originó este galardón con el objetivo de incentivar la producción artística contemporánea y
reconocer a sus máximos exponentes.
En el contexto de un ambiente en construcción, sin tendencias ni rumbos definidos, los Premios
Fortabat no intentaron disimular el eclecticismo. Una rápida mirada a las obras premiadas lo pone
de manifiesto. Fueron certámenes interesados en la contemporaneidad, pero que evitaron la
propensión errónea a identificar lo contemporáneo con la juventud. De ahí sus frecuentes
oscilaciones, que los llevaron a reconocer, alternadamente, a los grandes maestros y a los artistas
emergentes.
Las investigaciones historiográficas recientes nos brindan un escuálido panorama sobre la
producción artística argentina de los años ochentas y noventas. Esta exposición, en cambio,
evidencia su diversidad, la pluralidad de sus investigaciones plásticas y el legado de algunos
autores injustamente olvidados. Esta variedad es el resultado de un juicio epocal sin mandatos ni
prejuicios. La puesta en valor de los Premios Fortabat nos invita a revisar el pasado, con el fin de
enriquecer y repensar el presente.
Rodrigo Alonso

Premio Fortabat
10mo Aniversario
Por el décimo aniversario se convocará un concurso de pintura que recuerda los grandes premios
realizados por la Fundación Fortabat en la década del 80 y 90. Reconocidos artistas premiados,
excelentes jurados y lugares de exhibición prestigiosos, convirtieron ese concurso en uno de los
grandes hitos del arte de esa época. Hoy la Colección homenajea ese Premio con la inauguración
de una muestra temporaria de los premios históricos de los años pasados y con la convocatoria a
una nueva edición para el 2019.
Promover y difundir a los artistas nacionales,  reconocidos y emergentes, es el objetivo de esta
actividad y la mision fundamental de la institución.
Pintura
Dos categorías:
• Artistas mayores de 35 años
• Jóvenes, artistas de 18 a 34 años
El Jurado de selección y premiación estará compuesto por dos artistas,
dos curadores y un miembro del Consejo de la Fundación Fortabat
Las bases y formulario de inscripción estarán disponibles a partir de diciembre.
La presentación de trabajos e inscripción será hasta el 30 de marzo de manera online.
Junio de 2019 comunicación a los seleccionados.
Julio de 2019, exhibición en el Primer Piso de la Colección. Premiación.
En el año del décimo aniversario de la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, el
proyecto EXPLORANDO LA COLECCIÓN surge con el objetivo de difundir y profundizar el
conocimiento sobre las obras de su acervo. El ciclo comprende tres instancias en el año, en las
cuales se investiga y exhibe una obra de la colección en diálogo con una producción de un artista
contemporáneo. Forman parte del proyecto conciertos musicales y actividades para niños.

Mildred Burton
Mildred Burton

En esta edición se seleccionaron dos trípticos de Mildred Burton y, con la curaduría de
Gabriela Francone, la artista Luciana Rondolini realizó obras a partir de éstas para la exhibición.
"...Mildred Burton, de ascendencia alemana e irlandesa, nació un 28 de diciembre de 1942 en
Paraná, Entre Ríos. Comenzó su formación en la Escuela Provincial de Bellas Artes y luego continuó
sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, institución donde más
adelante se desempeñará como docente. Desde 1969 expuso en innumerables muestras individuales
y grupales tanto a nivel nacional como internacional. En 1979 integró, junto con Elsa Soibelman,
Diana Dowek, Alberto Heredia, Norberto Gómez y Jorge Alonso, el grupo Post-figuración, inclinados conjuntamente al realismo desde una impronta personal.
En 1998 el Museo Nacional de Bellas Artes le dedicó una muestra antológica con obras de 1968 a esa
fecha. El clima de extrañamiento que prima en sus obras y los encuentros de elementos dispares reunidos de manera arbitraria inscriben a la artista en una búsqueda que puede ligarse al universo surrealista (conocida su admiración por Ernst y Magritte, como así también por Aída Carballo y Roberto Aizenberg,) aunque se distancia de lo onírico -"yo parto de la realidad", dirá en algunas entrevistas - para crear sus micromundos anclados en lo literario, con una impronta siniestra comparte con otras artistas como Leonora Carrington o Remedios Varo. El humor negro, ácido, atraviesa gran parte de su producción...".




Explorando la Colección
#03 Mildred Burton
Investigación: Laura Lina
Curaduría artista invitada: Gabriela Francone
Artista invitada: Luciana Rondolini
Producción ciclo de música ExploraFuerte!: Fernando García
Coordinación: Jimena Guitart
Producción: Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Del 25 de octubre de 2018 al 24 de febrero de 2019
Inauguración: 15 de noviembre 19 h
Concierto Juan Sorrentino: 15 de noviembre
Entrada gratuita
Segundo piso

Obras:

Antonio Berni
Ramona espera, 1964
Técnica mixta, 300 x 200 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Gustavo Sosa Pinilla

Pieter Brueghel II
El Censo de Belén, S. F.
Óleo sobre tela, 117,5 x 167,5 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

J. M. William Turner
Juliet and her nurse (Julieta y su aya), 1836
Óleo sobre tela, 88 x 121 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Carlos Ripamonte
Viejo pintor, 1980
Acrílico sobre tela, 150 x 150 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Ramón Gómez Cornet
Acción de Arte, 1921
Óleo sobre madera, 64 x 54 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Alberto Greco
Sin título, 1960
Técnica mixta sobre tela, 120 x 200 cm
Colección Alejandro Bengolea
Foto: Pablo Messil

Pablo Suárez
Previsible destino del PrettyBoy González, 1997
Resina epoxi e inclusiones, 260 x 80 x 60 cm
Colección Alejandro Bengolea
Foto: Pablo Messil

Ernesto Deira
Canta, oh diosa, la cólera del Pélida Aquileo, 1984
Acrílico sobre tela, 155 x 196 cm
Colección Familia Deira
Foto: Lucy Deira

María Juana Heras Velasco
Tótem, 1984
Hierro pintado, 200 x 48 x 50 cm
Colección Museo Castagnino+MACRO
Foto: Gentileza Museo Castagnino+MACRO
Oscar Páez
Sin título, 1995
Técnica mixta, 250 x 180 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth


Mildred Burton
Tríptico The Baby, 1994/96
El Tiempo Náufrago de Grand Faher Boat / La Partida de Daddy-Dactilo Gilt / Millie has Five Little Lambs…
Técnica mixta sobre papel, 22 x 22 cm, 28 x 25 cm y 39 x 39 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth








Juan León Palliere
En la Iglesia, S. F.
Óleo sobre tabla, 27 x 46 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Gustavo Sosa Pinilla

Cesáreo Bernaldo de Quirós
Paños, flores y frutos, 1914
Óleo sobre tela, 162 x 172 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Ramón Gómez Cornet
Acción de Arte, 1921
Óleo sobre madera, 64 x 54 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Nicolás García Uriburu
Delfines
Acrílico sobre tela, 150 x 150 cm
Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Foto: Estudio Pedro Roth

Jorge de la Vega
Recuerdo de colegio, 1963
Óleo, tela encolada, fichas de juego de plástico, y elementos varios sobre tela, 190 x 130 cm
Colección Alejandro Bengolea
Foto: Pablo Messil

www.coleccionfortabat.org.ar


viernes, 9 de noviembre de 2018

Museo de Arte Moderno de Buenos Aires: Una llamarada pertinaz. La intrépida marcha de la colección del Moderno


Victoria Noorthoorn directora del museo
Victoria Noorthoorn, a la izq. Nicolás Mastraccio y el equipo curatorial del museo


Grupo Espartaco

Antonio Berni 

Raquel Forner


Nicolás Mastraccio

edición de Pomelo, de Yoko Ono

Nicolás Mastraccio


(Buenos Aires)

Mañana sábado 10 de noviembre a las 18 se inaugura al público la muestra Una llamarada pertinaz. La intrépida marcha de la colección del Moderno. También se podrá ver la muestra Pulso de Nicolás Mastraccio quien realiza su primera exposición en un museo.
Hoy, junto a la directora del museo  Victoria Noorthoorn y el equipo curatorial se realizó un recorrido de prensa.

Historia del Museo y de la exposición 

Esta exposición celebra la historia de su patrimonio y la propia historia del Museo, a 62 años de su fundación.
El  pasado mes de julio reabrió sus puertas al público, ampliado y renovado. En esta nueva puesta de la colección  curada por el equipo del Moderno, se exhibirán unas 300 obras de más de 120 artistas, en 1200 metros cuadrados de tres salas del primer piso destinadas a exhibir el acervo de la institución.

Una llamarada pertinaz

Una llamarada pertinaz presenta conjuntos de obras emblemáticas que fueron reunidas a lo largo de la historia del Museo gracias a la tenacidad, trabajo y convicción de directores, colaboradores, organizaciones, artistas y  amigos que se comprometieron a construir esta casa de los artistas, un hogar para las distintas manifestaciones  artísticas contemporáneas que se desarrollaron en la ciudad y en el país. Todos fueron guiados por un mismo anhelo: reconocer la novedad y apostar con audacia a construir una institución pública de vanguardia en  transformación constante, siempre aliada de la comunidad artística en cada una de sus épocas.
Obras de artistas argentinos de distintas épocas conforman esta muestra, organizada en núcleos. Así se encuentran obras del Grupo Espartaco, por ejemplo, con una obra de Antonio Berni, dentro de la misma temática: la fábrica, el obrero. También hay una sección que reúne obras del período pop y otras que dan cuenta de las atrocidades de la última dictadura militar entre otros varios núcleos.
Obras escultóricas, fotografías, dibujos, pinturas e instalaciones que se pueden ver considerando las
épocas por las que atravesó y atraviesa el arte argentino.
Durante los primeros cuatro  años de su historia - entre 1956 y 1960, cuando el Museo no tenía sede
 - Rafael Squirru, su primer director y fundador, generó una verdadera red de instituciones. Organizaba las muestras del museo en los más diversos espacios de la Ciudad: el Museo Sívori, el Jardín Botánico, la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos, las galerías Florida, Bonino o Witcomb, entre otros. Luego, en 1960, el Moderno funcionó en el  Teatro San Martín hasta 1989.

Tanto Squirru (1956-1962) como sus sucesores Hugo Parpagnoli (1963-1971) y Guillermo Whitelow (1971-1974 y 1977-1983) persistieron en dotar al Moderno de un conjunto de obras de primera calidad que representasen el espíritu de su tiempo y lograron las primeras adquisiciones de obras de Kenneth Kemble, Alberto Greco, Raquel Forner, Noemí Gerstein, Martha Boto, María Martorell, Jorge de la Vega y Aldo Paparella, entre tantos otros grandes artistas. También el museo ha recibido generosas donaciones que han moldeado y hecho posible esta colección, entre las que se destacan las realizadas por el Fondo Nacional de las Artes; la de la colección Ignacio Pirovano (1980 y 1981); la del artista Alberto Heredia en 2000; la de la familia de León Ferrari en 2014; y la más reciente de Marta Minujín en 2015.

El edificio 

El edificio donde funciona actualmente el museo  fue de la tabacalera Nobleza Piccardo. Los trabajos arquitectónicos fueron donados en 1989 por el Arq. Santiago Sánchez Elía, María Luisa Bemberg y los Miembros Constructores, y en 1997 por el Arq. Emilio Ambasz durante la gestión de Laura Buccellato (1997-2013), cuando el museo amplió considerablemente su superficie. Más recientemente, durante la gestión de Victoria Noorthoorn (desde 2013 a la actualidad), el Museo fue objeto de una última gran reforma dirigida por los Arqs. Carlos Sallaberry y Matías Ragonese, durante 2017 y 2018, que generó un cambio de escala del museo, al duplicar su área de exposiciones y abrir nuevos espacios integrados en una nueva circulación, con nuevas escaleras y ascensores, una nueva Tienda – Café y una nueva Sala de Educación.

Durante estos últimos años, el Moderno sigue su intrépida marcha. Junto a las donaciones mencionadas, el Museo ha reactivado después de 35 años su histórico programa de adquisiciones, que le permiten mantenerse vigente y actual. “Esta exposición narra tanto la historia como el presente de un Museo que jamás descansa, que nació para empujar los límites del arte y que busca el movimiento y la transformación permanente”, sostiene Victoria Noorthoorn.



Artistas participantes

En esta exposición, el Moderno exhibirá obras de los siguientes artistas argentinos de su colección: Julián Althabe, Carolina Antoniadis, Carmelo Arden Quin, Líbero Badii, Elba Bairon, Ernesto Ballesteros, Leo Battistelli, Luis F. Benedit, Gala Berger, Antonio Berni, Martín Blaszko ,Sofía Bohtlingk, Martha Boto, Fabián Burgos, Ricardo Carpani, Juan Carlos Castagnino, Luis Centurión, Elda Cerrato, Víctor Chab, Horacio Coppola, Victor Magariños D., Flavia Da Rin, Marina de Caro, Jorge De la Vega, Ernesto Deira, Juan Del Prete, Alfio Demestre, Germaine Derbecq, Mirtha Dermisache, Noemí Di Benedetto, Juana, Elena Diz, Casimiro Domingo, Lucio Door, Diana Dowek, Bruno Dubner, Tomás Espina, León Ferrari, Claudia Fontes, Raquel Forner, Ana Gallardo, Ricardo Garabito, Noemí Gerstein, Edgardo Giménez, Mónica Girón, Alberto Goldenstein, Norberto Gómez, Sebastián Gordín, Alberto Greco, Juan Grela, Graciela Hasper, Anne Marie Heinrich, Alberto Heredia, Alfredo Hlito, Enio Iommi, Guillermo Iuso, Fabio Kacero, Kenneth Kemble, Guillermo Kuitca, Alejandro Kuropatwa, Fernanda Laguna, Pablo Lapadula, Julio Le Parc, Martín Legón, Luis Lindner, Alfredo Londaibere, Raúl Lozza, Jorge Macchi, Rómulo Macció, Eduardo MacEntyre, Jorge Gumier Maier, Sameer Makarius, Tomás Maldonado, Pablo Curatella Manes, Liliana Maresca, María Martorell, Juan Melé, Marta Minujín, Eduardo Navarro, Luis Felipe Noé, Aldo Paparella, Dignora Pastorello, Ariadna Pastorini, César Paternosto, Marta Peluffo, Emilio Pettoruti, Duilio Pierri, Sol Pipkin, Rogelio Polesello, Marcelo Pombo, Liliana Porter, Alfredo Prior, Mario Pucciarelli, Federico Manuel Peralta Ramos, Emilio Renart, Carlota Reyna, Kasuya Sakai, Juan Manuel Sánchez, Rubén Santantonín, Cristina Schiavi, Omar Schiliro, Antonio Seguí, Luis Seoane, Aldo Sessa, Antonio Sibellino, Carlos Silva, Pablo Siquier, Xul Solar, Hernán Soriano, Grete Stern, Eduardo Stupía, Pablo Suárez, Luis Terán, Clorindo Testa, Silvia Torrás, Nicolás García Uriburu, Gregorio Vardánega, Miguel Ángel Vidal, Edgardo Antonio Vigo, Sesostris Vitullo, Luis Wells, Osías Yanov, Yente, Horacio Zabala.

PROGRAMAS PÚBLICOS

Activación en la exposición Una llamarada pertinaz. La intrépida marcha de la colección del Moderno

Luis Garay: Oro lodo casi ouro boro
Sábado 10 de noviembre, de 22:30 a 01:30.
Sábado 17 de noviembre, de 13:00 a 16:00.
Domingo 18 de noviembre, 17:00 a 20:00.


En la sala de Informalismos de la exposición Una llamarada pertinaz. La intrépida marcha de la colección del Moderno, el artista Luis Garay hace uso del paisaje derruido, barroso e industrial que las imágenes proponen como contexto para una danza informe de tres performers. Como en otras piezas del artista la obra pone a prueba los límites de “lo coreográfico” cuando es atravesado por cuerpos no entrenados en la disciplina, sino por lógicas, economías y saberes corporales alternativos (como los de deportistas profesionales, trabajadores sexuales ó bailarines de ballet entre otros).

Si en trabajos anteriores Garay proponía un archivo de las formas posibles que el cuerpo había adquirido históricamente a través del estudio y la recomposición de iconografías (la danza, la representación en el arte, etc), en esta ocasión investiga la posibilidad de otras tensiones, acoplamientos y estados de percepción que surgen de un contra-imaginario de la iconografía dominante. Mientras en otros trabajos enfatizó en "lo escultórico” del cuerpo, ahora usa imágenes en movimiento que a través de mutaciones ínfimas e infinitas exploran formas posibles de vida y afectividad. La pieza lanza así una serie de preguntas sobre un imaginario al mismo tiempo orgánico pero anti natural de la forma con la que generalmente se representa “lo humano”. Una zona de prueba.

El título refiere de una manera transversal a una oscura victoria y resurgimiento constante del Barroco, período que en algunas teorías se inicia en América tras el descubrimiento de una otra voluptuosidad ante la cual los conquistadores no tenían ni palabras para traducir lo que veían. Así, el Barroco es una posible clave para leer nuestra tiempo: la proliferación de los puntos de vista, la repetición sin fin, el gasto improductivo, la ruptura de los cuerpos, lo táctil, la gestión del miedo.

Performatividad y creación: Thom Werth, Juan Pedro Scioli y Alberto Antonio Romero. Ayuda en investigación: Alfredo Aracil. Colaboración: Vanina Scolavino. Producción: Rocío Mercado. Concepto: Luis Garay.
Esta obra cuenta con un subsidio del Instituto Prodanza.

Biografía
Luis Garay trabaja sobre sistemas donde los cuerpos a través de ideas de ejercicio y trabajo, transitan estados simultáneos de placer y vacío. Paisajes y pasajes donde el tiempo es expandido y no lineal. Explorando cómo hacer evidente la corporeidad de los procesos de imaginación, percepción y memoria Garay se interesa constantemente en la pregunta acerca de dónde está y qué puede imaginar un cuerpo cuando se mueve. Esta inquietud por la “localización” rastrea los límites de la pérdida de la atención (la distracción, el aburrimiento), la concentración extrema, el tiempo improductivo, sin fin y la renderización constante de subjetividades sin coordenadas: en exilio. ¿Qué formas de vida (sub) alternas tienen la capacidad de promover estos estados?  Los trabajos exploran el cuerpo como Tótem, lo que que da cuenta de una afectividad con la dimensión cósmica de la experiencia.

Presentó su trabajo en The Walker Art Centre, Minneapolis, El Festival de Viena, Naves Matadero Madrid, Kyoto Experiment Japón, Pompidou Metz, Theatre International de la Cite, Paris, Montpellier Danse, GAM Chile, SESC Sao Paulo, Festival Panorama Rio de Janeiro, Bienal de Ceará, Malta Festival Poznan, Polonia, entre otros. Dirigió la residencia Outras Dancas para Funarte Brasil, participó del proyecto de prácticas compartidas LOTE1 Sao Paulo, de la beca de residencia y creación Saison Foundation Tokyo y de la Sommer Akademie del Paul Klee Museum, Berna. Colaboró con artistas como Diego Bianchi y Alejandro Ahmed (Cena11, Brasil).  Es artista asociado de Latitudes Contemporaines, Lille, Francia.


Quienes visiten esta exposición también podrán recorrer la muestra Nicolás Mastracchio~ Pulso, que inaugura el mismo sábado 10 de noviembre a las 18:00.

Muestra Pulso

Nicolás Mastracchio~ (Buenos Aires, 1983) investiga desde 2007 las formas de producción y consumo de la fotografía digital, y trabaja en la frontera entre la realidad y la ficción a partir de composiciones fotográficas en estudio. En esta ocasión, el artista presentará un trabajo específico para la Sala de Proyectos Especiales del Moderno, con curaduría de Javier Villa, curador senior del Museo. Se exhibirán también, en esta gran instalación, fotografías inéditas, una serie de videos y móviles producidos íntegramente para la exposición.

Pulso es la primera muestra individual de Nicolás Mastracchio en un Museo. En esta oportunidad, el artista ofrece una ambientación para que el público se conecte con todo su cuerpo al espacio, mientras las obras flotan libremente desde el techo. Las fotografías que cuelgan sin marco y sin tocar la pared se intercalan con móviles muy frágiles: una pluma sintética enganchada a un alambre de color, una hoja seca colgada de una tanza. Pequeños objetos como caracoles, una piedra de nácar o una cáscara de maní, cintas de papel o hilos están enmarcados por redes o cartulinas dobladas que giran suavemente impulsadas por el movimiento del aire. Las fotografías son un momento de síntesis dentro de la exposición: planos bidimensionales que condensan el contexto tridimensional desplegado en los móviles. Es decir, la imagen fotográfica concentra las relaciones estéticas, espaciales y materiales que están a su alrededor. El video, en cambio, marca el pulso de la experiencia a partir de su fluir constante y, sobre todo, a partir de la pieza sonora que lo acompaña, que fue creada en conjunto artista Ismael Pinkler especialmente para esta obra y sostiene un ritmo para guiar la inmersión del espectador.

Si bien Mastracchio continúa con propuestas previas donde imitaba al espacio virtual de la imagen digital sin usar herramientas de postproducción como el Photoshop, se aboca aquí a la experiencia corporal del espectador. Con Pulso, el artista busca desacelerar la percepción a partir de una conexión con todos los sentidos. El proyecto fue influenciado por principios zen que el artista pone en práctica hace ya un par de años, sobre todo, a través de la meditación. Trabaja sobre el encuentro entre la naturaleza fija de la imagen fotográfica y las ideas de movimiento y transformación centrales en estos principios. Así, fue explorando las configuraciones espontáneas y efímeras de un pequeño universo de objetos, que es ordenado en pocos minutos y luego fotografiado, junto a la instalación de móviles en movimiento que presenta por primera vez en esta exposición.

“A partir de la meditación, Mastracchio⁓ abre un terreno de mayor conciencia; la posibilidad de sentir el propio pulso, la respiración, la gravedad o el contexto que lo rodea. Y es esto lo que quiere ofrecerle al público: amplificar los sentidos de la vista, el tacto y el oído para desplegar la síntesis y la potencia sensorial que contiene hoy la imagen fotográfica, y así volver a mirar lo cotidiano pero con una percepción más afinada”, sostiene Javier Villa. Y continúa: “Pulso sugiere otra manera posible de agregar información nueva al mundo desbordado de imágenes en la era digital: correr a un costado al fotógrafo y darle más lugar al director de cuerpos y de miradas”.

La exposición está acompañada por un catálogo que incluye textos de Javier Villa y Osvaldo Baigorria.


Biografía

Nicolás Mastracchio nace en Buenos Aires, en 1983. Asistió a clínicas de obra con Ernesto Ballesteros (2005), Leopoldo Estol (2006) y Mónica Giron (2008). Participó del Programa de Artistas en la Universidad Torcuato Di Tella, 2009; y fue seleccionado en la Beca Kuitca / UTDT, 2010-11.
Recibió diferentes premios y becas en los que incluye el Premio Estimulo del Museo Castagnino, Rosario, 2011; la Beca del Fondo Nacional de las Artes 2012; fue becado para participar de la residencia Skowhegan School of Painting and Sculpture, Maine, EEUU, 2012; en el 2013 ganó el Premio Lucio Fontana para residir en Turín, IT; fue becado por Yaddo Artist’s Residency, Saratoga, NY, 2016. Reside en Ciudad de Mexico por 12 meses con la ayuda de la Beca AMEXCID estancia de creación artística. En el 2017 participó de la beca Headlands Center for the Arts, AIR, Sausalito, CA.
Su trabajo fue exhibido en instituciones públicas y privadas dentro de Argentina y el exterior, como el Museo de arte Moderno de Buenos Aires, 2012; Centro Cultural Recoleta 2007 y 20015; Biblioteca Nacional de España, Madrid, 2017; Galería Pilar, San Pablo, 2013; Museo de Arte Contemporáneo de buenos Aires, 2015, 2018-19; y el museo MALBA, 2012. Su obra forma parte de la colecciones de la Fundación Cisneros, Colección Patricia Phelps de Cisneros; MALBA - Fundación Costantini, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires.






El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires se puede visitar en Avenida San Juan 350, de martes a viernes de 11 a 19. Sábados, domingos y feriados de 11 a 20. Martes: gratis.
  www.museomoderno.org