viernes, 15 de octubre de 2010

Andrea Mantegna, el más grande de los artistas paduanos del siglo XV







(Buenos Aires)

En una magnífica edición de ArtBook  encontré reproducidas imágenes del pintor Andrea Mantegna, el más grande de los artistas paduanos del siglo XV. Andrea Mantegna nació probablemente en el año 1431 en la Isla de Carturo, y a la edad de seis años formaba ya parte del conocídisimo taller de Francisco Squarcione. Allí, entre antiguallas de todo género, mármoles, fragmentos de la estatuaria romana y preciosas medallas; entre cartones, dibujos y estudios sobre las placas clásicas, maduró la personalidad del adolescente. Andrea, dedicado desde el comienzo a un apasionado, romántico y obstinado amor por el mundo clásico romano. Pero su actitud difería sustancialmente de la de los pintores toscanos: mientras éstos estudiaban las formas clásicas para descubrir en ellas un ideal de equilirio y de armonía, y renovar así sus obras; para Mantegna la antigüedad representaba una fascinante manera de motivos arqueológicos con los cuales poblar sus composiciones. Donatello, que trabajó en Padua en los años de la adolescencia de Andrea, le develó los secretos del lenguaje renovado, enseñándole el rigor de la perspectiva, el encanto de las formas sólidamente construidas e inscriptas en el espacio, la carga dramática de la figura humana recientemente recuperada de las frívolas elegancias del arte tardogótico. Con los frescos de la Capilla Overati, en la Iglesia Paduana de los Ermitaños, de los que sólo quedan algunos fragmentos, Mantegna, quien apenas tenía veinte años, debuta clamorosamente en la pintura: la revocación de la antigüedad confiere a su lenguaje un tono de elocuencia, rico de citas eruditas; yelmos, corazas, troncos de columnas, perfiles de clásicas arquitecturas se acumulan en las escenas que el joven maestro va pintando con un signo austero, incisivo, tajante, del que surge una materia áspera como la roca, inmóvil petrificada. Luego, los contactos con el ambiente véneto enriquece y suaviza su gama cromáticaque se despliega en una de sus obras maestras: el celebrísimo Retablo de San Zeno en Verona. Convertido en el pintor oficial de los Gonzaga, Mantegna trabaja en el Palacio Ducal de Mantua, su obras más célebres;  los frescos del Dormitorio de los Esposos. Piero della Francesca le ayudó a traducir la grandiosa y serena concepción de su inspiración en el mundo antiguo; aún dando a sus personajes esa aura de nobleza y austeridad que el ideal humanista imponía, él individualizó las características personales con una agudeza despiadada por medio de su excepcional habilidad en el dibujo, de modo que este ciclo mantuano aparece no sólo como el ejemplo más alto y coherente de su arte, sino también como un extraordinario  documento histórico y de juicio sobre aquella sociedad.

En esta nota se han incluido imágenes del tema de la Virgen y el Niño, ya que ocupan un puesto particularmente destacado en la producción del artista. El tema de la "Madonna col Bambino" era un tema muy querido e importante para los Gonzaga.

(c) Araceli Otamendi

Bibliografía:




ArtBook- Mantegna, Leonardo Arte

Francesco Abbate, El arte renacentista en Italia, Viscontea Distribuidora S.C.A.



Imágenes: 

Madonna della Vittoria

Madonna col Bambino

Madonna col Bambino

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