(Buenos Aires)
En la Galería Schlifka Molina, se puede ver una muestra de Silvina Aguirre, Vanitas, que incluye pinturas, el video de una perfomance y una escultura.
Ensayos sobre el cuerpo y la imagen
"Cuerpo hay ahí donde una terrible, imperiosa inaguantable necesidad se impone ... Cuerpo hay ahí donde un deseo, que se oculta para que se lo descubra, tiembla al ser descubierto, tiembla de no ser descubierto".
Patricio Marchant
"La última novela de Donna Tartt comienza con su protagonista, Theo Decker, recordando una visita junto a su madre al Metropolitan Museum of Art: "Los pintores holandeses - le dice ella frente a la imagen de un bodegón flamenco - sabían cómo representar ese límite de lo maduro dando paso a la podredumbre. La fruta tiene un aspecto perfecto pero no durará, está a punto de pasarse". Su descripción es precisa: la vanitas, la finitud del hombre y lo efímero de la existencia se aludían categóricamente a través de estas pequeñas imágenes. Sin embargo, en el texto de Tartt, bastarán sólo unas páginas para descubrir que las palabras de la madre eran, en realidad, presagios de su propia muerte.
La primera muestra individual de Silvina Aguirre surge como una reflexión sobre la vanitas pero no hay naturalezas muertas que representen la fugacidad de la vida sino rostros y cuerpos hermosos. Las imágenes que su pincel construye tienen rasgos conocidos: estamos frente a obras maestras de la pintura flamenca y holandesa de los siglos XV y XVII. Sin embargo, Aguirre las vuelve a pintar concentrándose sólo en sus expresiones y sus atuendos, sus aspectos más efímeros. ¿Hasta cuándo durará el nudo en el sombrero rojo del hombre de van Eyck? ¿Cuánto tiempo mantendrá su gesto adusto la joven de ojos almendrados pintada por Petrus Christus? ¿Durará el pliegue del tocado blanco sobre los hombros de la mujer de Roger van der Weyden?
Cuando Vermeer pinta su "Joven de la Perla", la fugacidad la construye no sólo con la expresión sino con la luz. Su rostro parece apenas un instante detenido que inmediatamente se desvanecerá. ¿Qué nos oculta el pintor en ese reverso de la imagen? Quizá esos mismos caracteres trágicos que supo esconder en otras pinturas. En su "Vista de Delft" - aquella imagen que hizo morir al personaje de Proust - Vermeer nos muestra los edificios más importantes de la ciudad a la luz del atardecer. Sin embargo, elige la única vista desde donde podía ocultar el estado de destrucción en que había quedado Delft luego de la explosión de un polvorín unos pocos años antes. La ciudad está en ruinas, lo sabemos, pero no podemos verlo.
Frans Hals también sabe que del banquete de los oficiales de la orden de San Jorge de Haarlem sólo quedará la pintura: ni las risas, ni las uvas, ni el vino. La fruta tiene un aspecto perfecto - nos decía el personaje de Tartt - pero no durará.
Sin embargo, sólo en un primer nivel de lectura las obras de Aguirre son meras citas a la pintura holandesa y flamenca y, a través de ellas, a lo efímero de la vida; en un segundo, se convierten en el espacio donde se entrecruza la vanitas con el problema del cuerpo en la pintura. Es ahí donde las referncias cobran sentido más allá de la mera representación: volver a pintar esos rostros evoca ese preciso momento donde la tematización de la fugacidad de la vida corría en paralelo a una reflexión sin precedentes sobre la propia condición de la imagen...".
Agustín Diez Fischer
Galería Schlifka Molina
Gorriti 4829 - C.A.B.A.
tel: (011) 4831-6771
schlifla.molina@gmail.com
www.schlifkamolina.com.ar
Lunes a viernes 13 a 19 horas
sábados con cita previa.
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