martes, 20 de agosto de 2019

Muestra de Julio Le Parc en el Museo Nacional de Bellas Artes




Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes,
Julio Crivelli, Presidente de la Asociación de Amigos,
Julio Le Parc, Mariana Marchesi curadora de la muestra  y Yamil Le Parc 
Julio Le Parc contesta preguntas en la preinauguración para la prensa


Julio Le Parc en su taller 

(


(Buenos Aires)
El miércoles 21 de agosto a las 18 se inaugurará para el público la muestra
“Julio Le Parc. Transición Buenos Aires- París (1955-1959)” en el Pabellón de
Exposiciones temporarias, y presentará un centenar de pinturas, dibujos, acuarelas y grabados, algunos de ellos nunca exhibidos, que ponen de relieve la obra temprana del gran artista argentino.
 Según Andrés Duprat, director del Bellas Artes “La obra de Julio Le Parc concita desde siempre un feliz sobresalto”. “El Museo acoge esta muestra homenaje al gran maestro argentino con la certeza de que sus creaciones, en las que se cifran buena parte de las escuelas plásticas en que inscribió su labor –abstracción, arte cinético, conceptualismo, op art–, permiten retomar el diálogo con la tradición universal desde un lenguaje fiel a sí mismo que captura los dilemas de cada época con la potencia interpelante de toda novedad radical”.
La muestra, que podrá visitarse hasta el 17 de noviembre, se inscribe en el homenaje nacional que celebra la trayectoria del artista a sus 90 años, bajo la dirección artística de Yamil Le Parc.
La curaduría está a cargo de la directora artística del Bellas Artes, Mariana Marchesi y  la exhibición abarca un período fechado entre las décadas de 1950-1960, desde sus épocas de estudiante en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires hasta sus primeros años en París, donde fundó el Grupo de Investigación de Arte Visual (GRAV) y realizó sus experiencias iniciales con la abstracción geométrica. 
El primer núcleo de la muestra“Los años de formación y la tradición de la enseñanza”, reúne una selección de dibujos y pinturas realizados por el artista en su etapa de alumno de la Escuela de Bellas Artes, una institución dominada por el peso de la tradición de la enseñanza artística. “La revuelta de los estudiantes y la experimentación de las formas”, el segundo núcleo, se concentra en el período 1956-1958, los últimos años de Le Parc en Buenos Aires, cuando lideró la agrupación que se rebeló contra los métodos establecidos para el aprendizaje del arte. En este contexto, se conformó un grupo en torno al taller de grabado de la Escuela, donde el artista realizó una serie de monocopias, por medio de las que inició sus exploraciones con las formas y el color sobre el papel.
En tanto, “París 1959: el ojo y la superficie activa” se sumerge en los primeros meses de Le Parc en la capital francesa, donde produjo cerca de 150 acuarelas y dibujos con tinta que permiten observar el vuelco hacia la abstracción. En estas piezas –explica Marchesi– “se advierten los intereses que llevarían al artista a investigar conceptos como el movimiento o la serialidad, y su incidencia en los mecanismos de la percepción visual”.
Con obras provenientes en su mayoría del Atelier Le Parc, la exposición se completa con un grupo de pinturas de colecciones particulares y la instalación lumínica “Inestabilidad. Proposición arquitectural”, una pieza clave de la producción del artista, que forma parte del acervo del Museo y que integró la primera muestra de Le Parc en el Bellas Artes, en 1964.
“La relación de Julio Le Parc con el Museo Nacional de Bellas Artes lleva cincuenta y cinco años de historia. Las mismas salas, pero en 1964, albergaron la muestra ‘La inestabilidad’, que introdujo al público argentino una propuesta que, por primera vez, ponía al espectador en un lugar protagónico”, afirma la curadora. “Con el despuntar del siglo XXI, casi cuarenta y cinco años después, Le Parc ofreció en el Bellas Artes una de sus mayores retrospectivas, “Dialogando con la luz”, donde desplegó la monumentalidad de sus obras emblemáticas. Hoy, el Museo elige detenerse en una etapa menos explorada de la producción del artista”, agrega Marchesi.
También se puede  ver un conjunto de cajas de luz históricas y material audiovisual, en el que Le Parc explica tanto los mecanismos de funcionamiento de estas creaciones como las inquietudes que lo guiaron a plantear el movimiento real en las obras. Y en el hall central del Museo, recibirá a los visitantes un móvil de 1600 piezas que el artista eligió para exhibir en este espacio destacado, como complemento de la muestra.


Arte cinético y neocinetismo


Según Elena Oliveras en el libro Arte cinético y neocinetismo, cuando se ocupa
del pensamiento de Julio Le Parc  “sus manifiestos atacan directamente la situación de privilegio de determinadas clases sociales que pueden tener acceso al arte:
“La producción artística convencional es exigente con el espectador. Para que pueda apreciar se requieren condiciones especiales: cierto conocimiento de
Historia del arte, una información particular, sensibilidad artística, etcétera. Los que responden a estas exigencias pertenecen evidentemente a una clase bien determinada””. (1)

(1)  Julio Le Parc, “Guerrilla culturelle”, Roho, París, Primavera de 1968

"De acuerdo con Le Parc", dice Oliveras, “la participación del espectador en la obra tendría consecuencias sociales importantes. Podría llevarlo a pensar
en su rol activo dentro de la sociedad. El arte sería así un instrumento capaz de transformar un sistema de vida:
“De ahora en adelante el interés no reside en la obra (con sus cualidades de
Expresión, de contenido, etcétera), sino en el cuestionamiento de un sistema cultural […] Cuando los seres humanos comprueben que la pareja obra-espectador no está basada en la dependencia y la sumisión, comprenderán que un sistema basado en estas categorías debe ser cambiado inmediatamente”. "(2)
(2)  Julio Le Parc, “Guerrilla culturelle”. Robho, op. Cit.


Según Elena Oliveras, “a pesar de las críticas a la utopía de los cinéticos, no
podemos descartar que a muy largo plazo ciertas formas de arte desacralizadoras podrían contribuir indirectamente a un cambio en la sociedad. 
Pero para que el arte cinético complete esos ideales transformadores será
necesario opacar el mito del artista y la sacralización de la firma…”.
Para Oliveras, los cambios reales en la distribución cultural serán el resultado
no solo de enunciados, sino de acciones concretas. Además es fundamental que estas se apoyen en un macrosistema sociopolítico coherente y contenedor.

Catálogo
Acompañará la exposición un catálogo bilingüe español-inglés, editado por el Museo, que reúne el cuerpo de obra exhibido e incluye textos de Julio Le Parc,     Andrés Duprat, Mariana Marchesi, una cronología de los años abarcados por la muestra, y un ensayo exhaustivo de la investigadora Silvia Dolinko que analiza el rol de las técnicas gráficas en los años de estudiante de Le Parc y en el modo en que le abrió camino hacia sus futuras propuestas de renovación.



Se presentará, además, el libro “Julio Le Parc. Sé artista y cállate! Textos 1959-2017”, ideado por el creador mendocino y editado en español por el Bellas Artes. Originalmente publicado en francés, el volumen compila escritos políticos, manifiestos artísticos y notas de trabajo redactados a lo largo de su carrera, que permiten conocer de primera mano el pensamiento de Le Parc.




Juio Le Parc nació en Mendoza, en 1928. Está considerado uno de los grandes representantes del arte cinético y contemporáneo, desde siempre investiga el movimiento y el rol del espectador en el arte.
A la edad de 15 años, ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón”, que abandonaría en 1947. Se interesó por los movimientos de vanguardia que por entonces se perfilaban en Buenos Aires, como el arte concreto y el espacialismo de Lucio Fontana.
En 1954, ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”, donde se involucró con los movimientos estudiantiles. Cuatro años después, obtuvo una beca del gobierno francés para estudiar en París. En 1960, fundó el Centre de Recherche d’Art Visuel (CRAV, luego denominado Groupe de Recherche d’Art Visuel, GRAV). El manifiesto del grupo, “Propositions sur le mouvement” (1961), da cuenta de sus principales preocupaciones y búsquedas: sus obras consistían en experiencias visuales centradas en el movimiento real, los reflejos de luz y la vibración.
Para la Bienal de París de 1963, Le Parc propuso laberintos, recorridos y juegos con espejos para que el espectador participara activamente. Paralelamente, creó el movimiento internacional Nouvelle Tendance. El GRAV se disolvió hacia 1968, año en que Le Parc fue obligado a dejar el país por la revuelta del Mayo Francés. Desde 1974, realizó las denominadas “Modulaciones”, pinturas que eran el resultado de sus investigaciones dentro del arte óptico y cinético.
La primera retrospectiva de su obra se realizó en Buenos Aires, en el Instituto Di Tella (1967). Entre sus exhibiciones más importantes, también se cuentan “Le Parc & Le Parc” (Palais de Glace, Buenos Aires, 1988), “Julio Le Parc-Retrospectivamente” (galería Nara Roesler, San Pablo, Brasil, 2001) y la retrospectiva llevada a cabo en el Museo Nacional de Bellas Artes (2000).
Ha exhibido individualmente en diversas instituciones y museos del mundo, tales como el Metropolitan Museum of Art en Nueva York, el Palais de Tokyo en París, el Pérez Art Museum Miami (PAMM) en Miami y el Museo de Arte Latinoamericano (Malba) en Buenos Aires. Participó de numerosas bienales, como las de San Pablo (1957), París (1963 y 1965) y Venecia (1964, 1966 –cuando obtuvo el Gran Premio de Pintura internacional– y 1986).

Actualmente, vive y trabaja en París.

bibliografía: Elena Oliveras, Arte cinético y neocinetismo, Hitos y nuevas manifestaciones en el siglo XXI, Editorial Emecé, Buenos Aires, 2010





No hay comentarios: