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Andrés Duprat, Director del MNBA junto a Juan Carlos Distéfano, Julio Crivelli, Presidente de la Asociación de Amigos y María Teresa Constantín, curadora de la muestra |
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el recorrido de prensa |
(Buenos Aires)
La memoria residual”, una muestra
de Juan Carlos Distéfano que reúne esculturas y dibujos del artista inspirados
en obras pictóricas, se inauguró para el público el martes 10 de mayo. La
inauguración para la prensa tuvo lugar el lunes 9.
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Juan Carlos Distéfano y su obra La necesidad del arco iris |
Con la presencia
del artista en sala, el Museo Nacional de Bellas Artes abrió al público ayer,
martes 10 de mayo, “Juan Carlos Distéfano. La memoria residual”,
la muestra curada por María Teresa Constantin que
reúne en el Pabellón de exposiciones temporarias una selección de esculturas y
dibujos en los que el maestro reescribe sus influencias de la pintura argentina
y universal.
La
muestra se compone de 19 esculturas realizadas entre 1972 y 2022, junto con 16
estudios para la realización de varias de ellas, en las que el artista
argentino expresa su atracción por la pintura.
Una de
sus últimas obras, es “La necesidad del arco iris” realizada durante la pandemia, abre la muestra.
Durante el acto de apertura, el director del Bellas Artes, Andrés Duprat, sostuvo: “Es una muestra delicada e interesante en su concepto, que presenta obras escogidas entre Juan Carlos y la curadora, vinculadas con el universo de creación del artista”. “Al recorrerla, descubrirán conexiones sutiles, tanto con pintores argentinos, como Spilimbergo o Gómez Cornet, como con grandes maestros de la historia del arte, entre ellos, El Bosco, Brueghel o Grünewald”, agregó.
Celebramos esta exposición, que es a la
vez un homenaje de Distéfano a los artistas que él considera que fueron sus
influencias, pero también un homenaje a un escultor del que nos sentimos
orgullosos”, concluyó Duprat.
Según
explicó Constantin, “la muestra está armada en torno a dos núcleos que Juan
Carlos ha trabajado a lo largo de su vida, y que fueron surgiendo como esa
memoria residual: la pintura centroeuropea del Renacimiento, La Edad Media, el
Románico catalán… y un solo moderno, Van Gogh”. “En referencia al núcleo de los
pintores argentinos –añadió la curadora– toma a Lacámera, a Cúnsulo, a
Spilimbergo (pero el menos refulgente, el de los grabados más duros), a Gómez
Cornet, a Policastro, enormes trabajadores del arte, como el mismo Distéfano,
que batallan con la materia siempre. No eran pintores a los que les estaba regalado
nada”.
Durante
el recorrido para la prensa, previo a la apertura general, Distéfano comentó
por qué eligió la escultura como medio de expresión artística: “Traté de ser
pintor, pero cuando uno pasa a la tercera dimensión y toma la arcilla, nunca
más se puede dejar por el placer que genera tocarla. Es extraordinaria, es
maleable, es realmente tocar carne, y hago lo que se puede con eso”.
El
artista también se refirió al vínculo de su producción con la historia
política, cultural y social del país, y manifestó: “Vivo en la Argentina y
añoro la Argentina cuando estoy afuera. Es un sentir, es un vivir acá. Hay
muchas formas de hacerlo. Creo en esa forma de trabajar”. Y continuó: “No tengo
ideas, tengo imágenes, que es lo primero que sale. Y sobre todo estoy muy
atento al error, si hay algo bueno en él, se abre un camino inimaginado,
aparece la aventura, y esa aventura es lo mejor que hay en cada uno de mis
trabajos. La idea es traicionera; creo en la imagen”.
Entre
las piezas en exhibición, se incluyen dos versiones de la escultura “Emma
traviesa. Homenaje a Lino Enea Spilimbergo” (2014-2015) y una serie de estudios
preparatorios realizados en sanguina sobre papel. Una de estas obras ingresó a
la colección del Museo en 2018, cuando Distéfano fue distinguido con el Premio
Nacional a la Trayectoria Artística.
Otra
de las esculturas reunidas en la exposición es “La Urpila en Buenos Aires.
Homenaje a Gómez Cornet” (2009-2010), realizada en poliéster reforzado y
materiales varios, en diálogo con la pintura de 1946 del artista santiagueño,
perteneciente a la colección del Museo.
Una de
sus obras, realizada en Barcelona, cuando el artista y su esposa, la escritora
Griselda Gambaro estaban exiliados después de que un libro de Gambaro fue
prohibido por la última dictadura cívico militar que comenzó en 1976, está
inspirada en los comentarios que le llegaban acerca de la suerte que corrían en
esos años, los desaparecidos en la
Argentina.
“Juan
Carlos Distéfano. La memoria residual” podrá visitarse hasta el 31 de julio en
el Pabellón de exposiciones temporarias del Museo, de martes a viernes, de 11 a
20, y los sábados y domingos, de 10 a 20, con entrada libre y gratuita.
El
Museo Nacional de Bellas Artes, que depende del Ministerio de Cultura de la
Nación y cuenta con el apoyo de Amigos del Bellas Artes, está ubicado en Av.
del Libertador 1473 (Ciudad de Buenos Aires).